La relación se había prolongado durante tres años, aunque con alguna ruptura que el joven había logrado remontar con su insistencia, a base de mensajes de móvil en los que mostraba su amor a su pareja, textos del mismo tipo que volvería a enviarle el 18 de enero pasado, cuando la mujer da por terminada definitivamente la relación. La obsesión del imputado, de iniciales A.J.G., descrita ayer por la expareja, quien testificó tras un biombo en el Juzgado de lo Penal, podría costarle 18 meses de prisión por un delito de acuso, le llevó a hostigar de tal manera a la joven que terminó por sufrir "ansiedad, me agota psicológicamente", según describió, y acudir al CEAS en busca de ayuda psicológica. La fiscal solicitó, como la acusación particular, que solicita un año de prisión, dos años de alejamiento si la magistrada el condena.

La exnovia relató cómo, a pesar de que tenía una orden judicial de alejamiento de ella, el procesado "rondaba mi casa", incluso se encontraron en una ocasión, que ella aprovechó para insistirle en que debía dejar de intentar que volviera porque no lo lograría y que terminaría por denunciarle. Esa fue la única salida que manifestó haber encontrado para poder proseguir con su vida y deshacerse de su expareja, visiblemente afectado durante la vista oral, en el que intervino al final para manifestar que "no he querido hacerle daño, ha sido un error" el comportarse así.

La denunciante tuvo que bloquear a su exnovio en el móvil, pero ni aún así consiguió que el joven le dejara tranquila, ya que imputado utilizó el teléfono de personas allegadas a él para continuar enviando mensajes a la joven en los que le declaraba su amor y su dependencia de ella. Uno de ellos llega a lamentar que vea en él "a un acosador o a un loco, que pena", de hecho admite que tiene una dependencia absoluto de la mujer, a la que no puede olvidar.

Su abogado solicitó la absolución al entender que no está acreditado el acoso y que los mensajes únicamente buscan la reconciliación como en otras ocasiones. El abogado de la joven solicitó, como pena subsidiaria, 60 días de trabajos en beneficio de la comunidad y dos años de alejamiento por un delito de coacciones.