De media, el Ayuntamiento de Zamora empleó durante los primeros seis meses del año 53 días en pagar a sus proveedores, un dato que le define como uno de los más tardones de la región según el último informe de morosidad de la Asociación de Trabajadores Autónomos de Castilla y León (ATA).

En la lista de Ayuntamientos de capitales de provincia, el Consistorio se sitúa a la cola junto a Ávila, que también tardó 53 días, y Burgos, que con 64 días de media es la única ciudad de la comunidad que incumple la Ley al exceder por cuatro días el máximo que estipula la directiva europea pese a que la media nacional sea de 91 días. Guarismos que perfilan a la Administración local como peor pagadora.

En el caso de las Diputaciones, Salamanca es la única que desobedece los plazos establecidos con 66 días de media. Un dato que contrasta con el informe del primer semestre de 2017, cuando la definía como una de las más ágiles. En un año, la Diputación de Salamanca ha pasado de tardar 20 días a 66. Un mal ejemplo que, salvando las distancias, ha seguido Zamora.

La Diputación presidida por Mayte Martín Pozo ha pasado de tardar 20 días en pagar las facturas a los autónomos a tardar 37, casi el doble. Si durante el pasado ejercicio el órgano provincial zamorano era junto al charro uno de los más rápidos a nivel nacional en saldar sus deudas, ahora la Diputación de Zamora se sitúa en la zona media y a nivel regional.

Los empresarios que trabajan para ella deben esperar de media 37 días para cobrar los trabajos prestados frente a los 20 que aguardan en Palencia o los 45 en Ávila. Pese a todo, ATA destaca que las administraciones de Castilla y León son de las más "cumplidoras".