El hallazgo al mediodía del pasado lunes de los cadáveres del matrimonio y sus dos hijas menores en una vivienda de La Orotava, en Tenerife, presenta todavía numerosas lagunas. El examen preliminar del equipo de forenses apunta a que la mujer tiene lesiones y marcas que pudieran ser compatibles con una asfixia mecánica, además de haber ingerido algún tipo de sustancia presuntamente psicotrópica, al igual que sus hijas, que pudieron actuar como sedantes. Los patólogos tomaron muestras que fueron enviadas a analizar al Instituto Nacional de Toxicología que podrá determinar si tienen alguna droga en su organismo y de qué tipo.

El esposo y padre de las niñas, Israel Rodríguez Miranda, de 45 años, natural de Zamora y brigada del Arma de Infantería, dejó una nota manuscrita donde apuntaba principalmente cómo quería que fuese el funeral de su familia, especialmente de sus dos hijas. Su último deseo es que las dos niñas, de 3 y 5 años, fuesen enterradas junto a su madre, Paula Teresa Martín.

El militar no aclara si hubo pacto ni ninguna otra circunstancia sobre el desencadenante del trágico suceso, siempre según fuentes de la investigación consultadas por La Opinión de Tenerife, diario del Grupo Prensa Ibérica, el mismo de LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

El militar zamorano fue hallado ahorcado, con las manos atadas, algo que es posible, a pesar de que parezca ilógico, ya que según fuentes de la investigación pudo anudarse con la ayuda de la boca.

Estas fuentes mantienen que la principal hipótesis acerca del porqué de este suceso es que el matrimonio atravesaba por dificultades económicas y por las malas relaciones que, al parecer, mantenían con la familia de la mujer, una parte de la cual residía en la misma zona de La Orotava donde vivía el matrimonio y sus hijas. Se está a la espera de que los forenses realicen nuevas pruebas, especialmente a los cuerpos de Paula Teresa y sus dos hijas, para determinar qué sustancia pudieron tomar la causa del óbito y la cronología de los hechos.

La primera hipótesis apunta a que la mujer y las dos niñas fallecerían primero -sus cuerpos aparecieron en la misma habitación, la madre en una cama y las dos niñas en otra- y a continuación el hombre se ahorcaría en otra dependencia. Ellas estaban perfectamente vestidas, sin señales en la casa de discusión y desorden que apunten que hubo violencia.