Un último desembolso pondrá fin a uno de los capítulos más enmarañados del proceso de liberación de la muralla. Por sentencia judicial, el Ayuntamiento de Zamora se verá obligado a abonar 110.000 euros más en concepto de intereses y del 5% relativo al premio de afección por la expropiación forzosa del edificio número 11 de la avenida de la Feria.

Una cuantía, eso sí, muy inferior a los 305.000 euros que solicitaban los antiguos propietarios del inmueble, quienes previamente también habían abultado el valor del bloque de viviendas, de titularidad municipal desde 2013. Y es que la enrevesada historia se remonta a años atrás. En concreto a 2010, fecha en la que comenzó el proceso de expropiación. Por aquel entonces, tal y como recapitula el alcalde Francisco Guarido, los dueños pidieron 2,5 millones de euros. Y, también por otra sentencia judicial, se logró rebajar ese valor hasta los 1,2 millones, menos de la mitad. Por lo que echando cuentas, la expropiación del número 11 ha supuesto un coste total para las arcas municipales de 1,3 millones. "En definitiva, la propiedad pedía sumando intereses 2.893.000 euros y al final se ha quedado en 1.334.000 euros", sintetiza Guarido.

Se podría decir que este último pago pone punto y final a todo el proceso, pero lo cierto es que aún queda un fleco por cerrar: la indemnización a los inquilinos. Cuando se iniciaron los trámites con el anterior equipo de Gobierno, nadie tuvo en cuenta a los ocupantes del edificio ni a sus derechos. Hasta ahora, el Ayuntamiento ha indemnizado con 73.600 euros a dos vecinos con rentas "muy antiguas", en palabras del regidor municipal, pero su compensación será requerida a los antiguos dueños "de forma inmediata" por medio de un decreto.

"Cuando se expropia un edificio, se expropia el edificio más los derechos de los inquilinos. Como de este tema se olvidó el equipo de Gobierno anterior, a nosotros no nos ha quedado más remedio que indemnizar directamente a estas personas pero ahora a través de un decreto reclamárselo a los propietarios anteriores", explica Guarido.

Así las cosas, una vez superados los escollos del Juzgado, el próximo paso deberá ser dado por la Comisión Territorial de Patrimonio. Si bien es cierto que el edificio no linda directamente con la muralla, sus patios traseros sí son contiguos, de ahí que sea necesaria su autorización para la demolición.

Una vez que Patrimonio dé el visto bueno al proyecto, previsiblemente durante este verano, las obras de derribo saldrán a licitación por 180.000 euros contemplados en el presupuesto de 2018 del Ayuntamiento. Una elevada cuantía que demorará su tramitación durante "dos o tres meses" pero, una vez superado este periodo, las máquinas podrán por fin echar abajo el edificio. "Espero que a final de año podamos cumplir el deseo que todos tenemos de ver esa edificación enorme que más tapa la muralla, como dice el Plan Especial del Casco Histórico, en forma de solar", expresa el alcalde.

Con la demolición de Feria 11, el de mayor envergadura, el tramo despejado comprendido entre los números 9 y 37 de la avenida abarcará en torno a 200 metros lineales y dará mayor vistosidad a la muralla.

Tras la retirada de los escombros, la diáfana zona será ajardinada y el colector que actualmente atraviesa el espacio será soterrado en su mayor parte una vez que la actuación también sea autorizada por Patrimonio ya que esta "tubería gigante" limita con la fortificación medieval, que poco a poco sigue ganando visibilidad.