Alario hace referencia al factor de la educación, que es clave para reconocer las actitudes machistas. Algo que queda en evidencia en el hecho de que las generaciones más jóvenes y con más formación son las que mejor detectan los comportamientos contra las mujeres. Una realidad que, a su juicio, se refleja en las diferencias en la distribución territorial. Valladolid y Salamanca, con unas capitales de provincia con una población universitaria significativa por tener las sedes de las dos grandes universidades de Castilla y León, detectan situaciones de machismo "con frecuencia" en porcentajes "muy importantes". En ambos casos, es uno de cada cinco ciudadanos. Este porcentaje, en cambio, baja hasta el 16,8% en Soria; el 17% en Palencia; el 17,5% en Ávila y el 17% en Palencia, territorios con una población más envejecida y más rural. En cuanto al reconocimiento del machismo en relación con la posición ideológico-política, los votantes de partidos situados en el ala izquierda del arco parlamentario (Podemos-IU y PSOE) así como Ciudadanos, partido de nuevo cuño que atrae a bastantes jóvenes, observan más discriminación de género que los electores del PP.