Los policías nacionales Rubén Martín y Andrés Rodríguez, ambos naturales de Zamora, no podrán olvidar nunca la tarde del 10 de junio de 2018. Estaban fuera de servicio y regresaban a sus destinos habituales de trabajo en Madrid. Entonces, se encontraron un coche volcado en la mediana a la altura de Navas de San Antonio. No lo dudaron y se pararon a ayudar.

"Nos encontramos la situación de sopetón. Cuando paramos vimos un coche volcado en la mediana y paramos para ver si podíamos ayudar. En un principio nos encontramos a su padre (Manuel Rodríguez), y a otra chica (Xiana Pérez, también integrante del club) que iban en el coche y luego, al dar la vuelta al coche, ya vimos la escena, con Judith bastante grave", relata Rubén Martín.

""Recientemente habíamos hecho un curso de formación del cuerpo y nos habían enseñado a hacer torniquetes", apunta Andrés Rodríguez. "Le habían hecho un intento de torniquete en la pierna, pero ella seguía sangrando. Así que me quité el cinturón y con ayuda de mi compañero, con una llave del coche, le hicimos un torniquete y dejó de sangrar", explica Martín.

"Te formas para ello, pero nunca te esperas encontrarte una situación así", reconoce Andrés, todavía impactado por el suceso y por la entereza de Judith mientras esperaban a que llegara la asistencia médica. "La fortaleza de ella fue increíble", dice aún con asombro. "Fue asombrosa su entereza", asiente su compañero. "Cómo siendo tan joven mantuvo tal fortaleza. Ella, por desgracia, veía lo que tenía y mantener esa tranquilidad denota mucha fuerza. Ojalá que esa fuerza le acompañe siempre en el camino que le queda durante su recuperación", anhela. "Que siga luchando con esa fortaleza que tiene que, por lo que nos dicen, su sonrisa es la que está levantando a toda la familia".

Ambos policías coinciden en que el de Judith es, hasta la fecha, el caso que más les ha marcado. "Para ambos fue una de esas experiencias que se te quedan grabadas de por vida. Ves cosas fastidiadas en el trabajo, pero la verdad es que llegas a los sitios más preparado, sabiendo normalmente lo que te vas a encontrar, pero en este caso, por la situación que había allí, fue duro, aunque bueno, dentro de las circunstancias y la gravedad se hizo lo mejor que se pudo", afirma Rubén Martín.

Tras enterarse de que competía en esgrima consiguieron la dirección de su club para, a título personal, conocer su evolución a través de su familia. "Sabemos que va evolucionando bien y eso a nosotros nos da la vida", dicen.

Cuando supieron que la viguesa solicitaba su condecoración se mostraron muy emocionados. "No hacía falta un gesto así. El mejor gesto que puede tener es recuperarse y ser feliz. Eso es lo más importante y con lo que nos quedamos", afirma Rodríguez. "Yo estoy satisfecho porque ves que el trabajo sirve para algo, aunque nos hubiera gustado haber podido hacer más". Su compañero se confiesa también emocionado porque "con la situación que tiene ahora mismo, aún en el hospital, y que se acuerde que dos personas que estuvimos allí ayudando en lo que pudimos, la verdad es que me llega al corazón".