En opinión de Juan Carlos de Margarida la digitalización de las empresas de Castilla y León servirá para «mejorar la eficiencia de los procesos productivos en el medio rural», contribuyendo así que a numerosas microempresas «puedan impulsar el mercado laboral y contribuir al crecimiento del PIB de la comunidad». Los datos del Observatorio de Economía Digital ponen de manifiesto que el mercado laboral deberá adaptarse a los nuevos retos que supone la transformación digital, ya que «el 62% de los empresarios castellano y leoneses indican que no encuentran los trabajadores con los conocimientos y las competencias adecuadas». Esta realidad implica un cambio en la formación tanto en los niveles básicos como en las universidades. Según señaló De Margarida «es necesaria una educación en materia digital en todos los niveles educativos: primaria, secundaria y bachiller, y evidentemente en la Formación Profesional y, además, las universidades de Castilla y León tendrán que redefinir su propuesta de grados al objeto de que todos ellos tengan la tecnología como parte fundamental de las materias a impartir». Los datos del Observatorio ponen de manifiesto que pese a incrementarse en los últimos años el gasto en TIC en Castilla y León todavía es reducido en relación a su nivel de PIB per cápita cuando se compara con el resto de España y Europa.