Un 9,88 en la EBAU es la nota que ha alzado a Ignacio Megía Pérez, estudiante del IES María de Molina, como el alumno con mejor calificación en el campus zamorano. La constancia es la clave para lograr este expediente, según reconoce este joven, que también cuenta en su currículo académico con el Premio Extraordinario de la ESO.

-¿Cómo descubrió que había conseguido la mejor nota de la EBAU en Zamora?

-Al principio me hice un poco de lío porque creía que la nota que veía no era la mía. Luego, al saber que había sido un alumno del María de Molina fui investigando un poco más y resultó que era yo.

-¿Era una recompensa esperada, había estudiado especialmente para esta prueba de acceso a la universidad?

-La verdad es que me había preparado mucho para los exámenes de la EBAU, aunque no estaba tan presionado como otros amigos que necesitaban una nota alta para entrar en la carrera que quieren, como puede ser Medicina, por ejemplo. En mi caso, queme gustaría estudiar Física, no tenía el listón muy alto para entrar. Pero de todas formas pensé que nunca está de más llevar un pequeño colchón, no vaya a ser que suba la nota, porque cada año cambia, dependiendo de las solicitudes. Además, los días previos no hay otra cosa que hacer, todos están estudiando y casi no se sale. Para eso ya tenemos ahora todo el verano (sonríe).

-¿Qué considera que ha sido lo más complicado de esta prueba?

-Echando la vista atrás, al principio no me lo creía, pero ahora sí que pienso que es más difícil Bachillerato que la propia EBAU. Esta prueba tampoco es fácil, pero muchas veces lo pintan como imposible y al final no es tan complicado. Supongo que lo más difícil, al fin y al cabo, es mantenerse relajado y sin nervios, aunque es muy fácil preocuparse de más. Una vez que lo he vivido, lo veo así. Así que considero que si se prepara con tiempo, que es algo básico, y a lo largo de todo el año, ya llevas mucho camino andado. Conseguir un buen nivel durante todo el curso hace que para enfrentarte a la EBAU solo haya que repasar las materias.

-¿Qué opina de este tipo de examen para poder entrar en alguna carrera universitaria?

-Es verdad que está este problema de que los exámenes de Castilla y León son más complicados que en otras comunidades, lo que supone una gran desventaja, porque luego esos estudiantes de fuera quitan plazas a gente de Castilla y León aunque tengan notas altísimas. Personalmente, tengo amigos que han sufrido estas consecuencias. Pero el sistema en sí creo que es bastante lógico, aunque sea lioso el tema de notas y ponderaciones. Creo que es algo normal, porque es una forma de conseguir dar prioridad a ciertas asignaturas. Lo que sí es verdad que veo más lioso es que cambie según la universidad, ya que eso complica aún más las cosas. Habría que generalizar eso, igual que el nivel exigido en las pruebas y en el curso, al fin y al cabo.

-¿Elegir la carrera de Física es fruto de una vocación?

-No era para nada mi primera elección, hasta 4º de la ESO pensaba en mi futuro con la Medicina. Pero en ese curso comencé a dar esta asignatura de una manera más seria y me di cuenta de que era muy curiosa. Además, me he dado cuenta de que me gusta estudiar y tengo resistencia para hacerlo con memoria, pero reconozco que también tengo unos límites y no sé si podría con una carrera como Medicina. Conozco a gente que la ha estudiado y ahora la veo muy complicada, porque a mí se me olvidan las cosas muy rápidamente. Por otro lado, Física me parece una carrera muy rica e interesante, porque aborda muchos aspectos y relaciona muchas cosas. Abarca muchos campos y es menos de memorizar, que es lo que quizá me cuesta más, y se centra más en aprender y relacionar conceptos y jugar con ellos, que me parece más entretenido. Creo que se pueden disfrutan este tipo de asignaturas como matemáticas y ciencias exactas.

-¿Cuál sería su futuro soñado con el grado de Física?

-Siempre he querido dedicarme a la investigación de alguna forma, aunque comprendo que ahora está bastante difícil y además mal pagado. Pero no creo que haya que rendirse por eso, porque si todo el mundo pensara así, al final nos quedaríamos sin investigadores. Si es necesario, habrá que irse al extranjero, considero que merece la pena porque me parece de lo más bonito. Pero a lo largo de la carrera iré descubriendo qué me gusta de verdad y a qué me dedico al final.

-Además de la mejor nota en la EBAU, también ostenta un Premio Extraordinario de la ESO, ¿cuál es su secreto?

-El único es trabajar y ser constante. También exigirse a un mismo, pero sin exagerar. Veo a algunos compañeros míos que estudiando poquísimo sacan unos resultados excelentes, porque tienen una inteligencia enorme, pero me he dado cuenta de que al final lo que más importa es el trabajo constante y el sacrificio, que se hace costoso pero merece la pena.

-¿Ha recibido alguna ayuda externa para estos logros?

-En mi caso particular el papel del IES María de Molina ha sido fundamental para llegar hasta aquí y me siento de verdad muy satisfecho por haber podido contar con el apoyo de todos los profesores de este centro. Han sabido motivarme para aprender y además han tenido mucha paciencia conmigo.

-Esta semana se examinan los alumnos de la recuperación de la EBAU, ¿tiene algún consejo?

-Algo que siempre me ha dicho mi madre y que es muy importante, aunque a mí me cuesta mucho aplicarlo, es aprender a hacer compartimentos estancos. Es decir, independientemente de cómo te haya salido un examen hay que olvidarlo para ir a por el siguiente. También deben estar atentos a las instrucciones de los cuidadores en cuanto a los códigos que hay que poner y, por último, un consejo personal sería llevar algo de comer entre prueba y prueba porque los exámenes desgastan muchísimo, además de dormir bien.