Soraya Sáenz de Santamaría ha cambiado el coche oficial de la vicepresidencia del Gobierno por la furgoneta de campaña. Así llegó ayer a Zamora, como los toreros. Pero aquí no tenía faena; tenía la puerta grande prácticamente asegurada. La popular cae bien en la provincia. Durante los últimos años ha sido la encargada de cuidar este territorio en las diferentes campañas electorales y eso termina por calar. Esa es una de las razones por las que no cabía ni un alfiler en el restaurante Las Aceñas de Pinilla durante el acto realizado por la exvicepresidenta en la mañana de ayer. La condición de festivo en la capital no restó gente y de la provincia llegaron desde todos los sitios: Benavente, Toro, Aliste... Pocos se perdieron la cita. Un encuentro en el que quedó más que patente que los afiliados de Zamora empiezan a tener claras sus preferencias.

"¡Presidenta! ¡Presidenta!". La vera del Duero escuchó la voz de los zamoranos. La exvicepresidenta tuvo como escoltas a José María Barrios y Fernando Martínez-Maíllo, quienes la acompañaron en todo momento durante su breve estancia en Zamora. Este último recibió otro ofrecimiento, el segundo en apenas tres días tras la mano que el pasado miércoles le tendió Pablo Casado. "No hace falta que diga que cuento con él; es que yo he contado con él desde que lo conozco y de eso hace ya muchísimos años", desveló la candidata.

Soraya Sáenz de Santamaría se presentó en la capital alejándose de la llama avivada durante los últimos días por dos de los contendientes, como son María Dolores de Cospedal y el ya citado Pablo Casado. "Cada uno puede hacer la campaña que quiera. Yo tengo claro cómo hacer la mía", señaló. Y la suya es esquivar confrontaciones internas y centrarse en un objetivo más ambicioso. "Mi único adversario es Pedro Sánchez. En el Partido Popular solo veo compañeros y no voy a hacer nada que pueda darle al PSOE alguna baza", defendió.

La cabeza de Santamaría está de campaña, pero no solo en el seno del Partido Popular. Por eso la exportavoz sacó pecho de su trabajo durante los últimos años y se postuló como presidenta, no ya de su formación, sino del Gobierno. "Estoy preparada. Hice oposición de 2008 a 2011 y sacamos mayoría absoluta. Esa experiencia es importante" -comentó, antes de dar la puntilla final- "El Partido Popular es un partido de vanguardia que puede tener a una mujer que aspire a ser la presidenta del Gobierno. Y eso, a España, le viene muy bien". Dicho lo cual, Santamaría regresó a su furgoneta, sabiendo que había cortado las orejas y el rabo.