Pasan de ocho a once y de 17,6 millones a 23. Las empresas de Zamora grandes deudoras de Hacienda, lejos de disminuir como ha ocurrido en el conjunto de España, aumentan. Bien es verdad que se trata de un puñado de empresas que, en su mayoría, carecen ya de actividad, cuando no están desaparecidas desde hace tiempo por lo que difícilmente podrán saldar deuda alguna con el fisco y, en todo caso, esta se incrementará con el paso del tiempo y los intereses.

Encabeza el ránking Cedilla, una empresa dedicada a la distribución de licores que debe 4,7 millones de euros. El nombre es poco conocido para el gran público, aunque la firma se ha visto envuelta en procesos judiciales que han acabado en condena por delito por fraude fiscal a Hacienda, al no pagar el IVA de las bebidas.

El segundo puesto es para Alcalser 2000, que tuvo mucha implantación en Zamora, aunque el domicilio social no está en la provincia. Se dedicaba al sector de alquiler de maquinaria, sobre todo. Debe 3,3 millones.

Por encima de los dos millones de euros aparecen tres empresas en su día señeras en la provincia: General de Cuadros Eléctricos de Villaralbo, Instalaciones Pevafersa de Toro y Hermanos Tábara. En el primer caso la empresa de equipos eléctricos debe 2,8 millones de euros, fruto de las dificultades económicas por las que atravesó y que la llevaron a concurso de acreedores.

Instalaciones Pevafersa fue otra de la industrias pujantes, protagonista de un impresionante crecimiento de la energía solar en la provincia, pero que en cuestión de poco tiempo dio al traste con su trayectoria. Debe 2,2 millones de euros. Y Hermanos Tábara fue, asimismo, una de las empresas de construcción más importantes de Zamora en el sector de la obra pública, y se fue a pique dejando a deber, entre otras a Hacienda poco más de millón de euros. También son historia Transportes Cástor Novoa e hijos, de Benavente, en liquidación (debe 1,6 millones), Díez y Compañía, dedicada a construcción y huertos solares que tuvo su sede en Arapiles 20 pero ahora cuenta con domicilio social en Madrid (adeuda 1,4), Hostal Paradores, de Castrogonzalo, (1,2 millones), Zamorana de Perforación Dirigida (construcción, 12 millones) y Urbanizaciones Rhiconsa, promotora inmobiliaria (debe un millón de euros).

Una de las últimas empresas de Zamora en incorporare al "club" de grandes deudores es Valdespino Ingeniería y Consulting, que debe 1,1 millones. Es una de las cuatro sociedades en las que se dividió Inzamac, la empresa de control de calidad, cuando empezaron a irle mal las cosas. Además de las empresas zamoranas entre las grandes deudoras como Cadarso XXI, que dejó a medias la obra del antiguo matadero y debe a Hacienda 1,1 millones, o UFC, que realizó la operación del fallido edificio municipal que debe al fisco 4,5 millones de euros. Emilio Manso Somoza, que hizo negocios en Zamora con la compra de suelo para la construcción debe 17,2 millones de euros y la inmobiliaria Reyal Urbis, también con intereses en la capital y provincia debe la friolera de 361,5 millones de euros. Otras promotoras, como Verona Norte, muy activa en la capital zamorana, sufrieron también en sus carnes el estallido de la burbuja inmobiliaria y debe aún 8,4 millones de euros. Mucha de esta deuda se antoja incobrable, debido a que la actividad de las empresas dejó de existir hace mucho tiempo.