"Nadie vio nada cuando supuestamente estaba abusando de ella y no estaban solos". Así desmintió la madre de la joven que acusa a un amigo de la familia de agredirla sexualmente en dos ocasiones -una en una piscina con gente cerca y otra en una habitación donde había más personas durmiendo- durante su declaración en el juicio celebrado en la Audiencia Provincial.

La mujer reconoció los problemas de conducta que desde pequeña ha tenido su hija, lo que ha ido erosionando la relación. "Empezó a ir al psicólogo con siete años por problemas en el colegio y en casa no hacíamos vida de ella", recordó. "Ahora la relación que tenemos es la justa y necesaria por teléfono", añadió, puesto que la tutela de la joven, que en los próximos días cumplirá la mayoría de edad, la ejerce la Junta de Castilla y León.

El acusado explicó que era habitual que la denunciante estuviera en su casa cuando su madre tenía que trabajar, aunque negó que en algún momento se quedaran a solas, "sobre todo por la noche, porque yo llegaba del trabajo y me iba a la cama". También reconoció que la reñía con frecuencia por su carácter "rebelde" y su reticencia a seguir unas normas de conducta. A eso atribuyó la negativa de que la joven quisiera acudir a su casa. "Ella lo que quería era quedarse en Zamora -la casa del acusado está en un pueblo- para armas las que armaba, saliendo con gente mayor y fumando porros. Quería estar libre; era habitual que se escapara de casa y desapareciera durante días", relató.

En su declaración por videoconferencia, la joven describió el primer recuerdo que tenía de abusos por parte del amigo de su madre con apenas cuatro años, para continuar después relatando la escena en la piscina de la finca del acusado y cómo se metió en su cama, años después, durante otra estancia en su casa con el resto de la familia.

No fue hasta tiempo después cuando pudo confesar estos hechos a un psicólogo, quien le trasladó esta situación a su madre. "Ella decidió que era mentira y me advirtió de que si denunciaba, le arruinaría la vida a su amigo", apuntó. De hecho, finalmente fue a denunciar a la comisaría hace dos años de la mano de la madre de una amiga, también testigo en el juicio, quien consideró una "obligación moral" apoyar a la joven en esos momentos.

La víctima reconoció también que la relación con su madre no era buena "por el comportamiento que siempre he tenido" pero apuntó que había comprendido gracias a la terapia que parte de esa actitud "es causa de los abusos". Por último, subrayó que la denuncia no es en ningún caso una "venganza, sino que tiene que pagar por lo que ha hecho".

El Ministerio Fiscal solicita por el primero de los delitos sexuales cuatro años y medio de prisión, a lo que añaden dos años más por la segunda de la agresiones. Por su parte, la defensa pide la absolución del acusado.