Dos psicólogas se hicieron cargo de realizar el informe pericial para este juicio, donde se les interrogó tras escuchar previamente a todos los testigos de la causa. Según sus conclusiones, este estudio en el que se trataba de valorar la credibilidad del testimonio de la joven concluye que "es probablemente creíble lo que cuenta".

En el análisis de la personalidad de la víctima, se le califica como una persona "con una personalidad inestable, con carencias afectivas, miedo a ser abandonada, rebelde desde que era pequeña y siempre actuando a la defensiva". Además, la falta de credibilidad que se le otorga a su relato "le hace daño", igual que la relación conflictiva que siempre ha tenido con la madre. "El apoyo ha sido nulo, ya que ni siquiera le acompañó a denunciar lo sucedido", recordaron las psicólogas.

Preguntadas por la posibilidad de que su inteligencia y carácter manipulador podría haber llevado a inventarse las agresiones, explicaron que "aunque intenta llamar la atención y perciba el mundo como algo hostil, ello no implica que esté mintiendo".

Por último, las profesionales aseguraron que en la actualidad la víctima está "muy centrada", gracias a una relación estable con un chico cuya familia "le hace sentirse querida y apoyada". Por todo ello, "se siente afectivamente reconfortada, lo que ha provocado una normalización de su comportamiento".