A falta de dos días para su apertura, programada inicialmente para el próximo miércoles 20 de junio, la piscina del barrio de Pinilla continúa vacía. Su llenado ha puesto de nuevo en jaque a la empresa concesionaria que gestiona la instalación con el presidente de la asociación vecinal, Artemio Pérez, sumando así un nuevo capítulo a la larga lista de encontronazos producidos entre ambas partes en tres años de contrato.

En esta ocasión, el agua centra el argumento de la disputa. Según denuncian los adjudicatarios, Pérez impide el llenado de la piscina con agua del pozo de sondeo, propiedad de la asociación, e insta a los responsables al llenado de los dos vasos de la instalación con agua de la red general de abastecimiento como en años anteriores. Una condición, al parecer, recogida en una de las cláusulas del contrato y refutada por los actuales propietarios.

Por un lado, Artemio Pérez defiende que entre las condiciones del convenio firmado figura el compromiso de pago por parte de la empresa de la "luz y agua consumidas" en la instalación durante el verano. "El pozo no es del presidente, el pozo es de la asociación que ha costeado para uso de la asociación, no para bien privado de la empresa que tiene la obligación de pagar el agua", defiende. Por otro, desde la empresa adjudicataria alegan que la autorización sanitaria correspondiente ya se ha realizado en base al agua del pozo que ahora es negada y puntualizan que el acuerdo rubricado les obliga a hacerse cargo del agua de las duchas y del bar ubicado en el interior del recinto, pero no del llenado de la piscina, en cuyo caso supondría un sobrecoste para la empresa de en torno a 2.000 euros, según sus estimaciones.

La polémica también ha saltado a las redes sociales. A través de un comunicado publicado en el perfil de la piscina, sus administradores arremeten contra Artemio Pérez. "Nuestro señor presidente no da autorización ni permiso para utilizar el pozo con el cual se llenarían las piscinas y se regaría el césped. Consideramos que este pozo pertenece al barrio de Pinilla, el cual fue construido con las cuotas de todos los vecinos y que únicamente tiene la finalidad de regar el césped del campo de fútbol. Llegamos a la conclusión de que este pozo es propiedad "particular" de nuestro presidente sin tener en cuenta nuestras necesidades. Nuestro barrio poco a poco se va convirtiendo en su "cortijo" en el cual hacer y deshacer a su antojo lo que le viene en gana, sin tener en cuenta la opinión de la directiva de la asociación cuyos miembros poco a poco han ido abandonando, con rabia e impotencia, viendo cómo sus consejos, opiniones y ayudas caían en saco roto bajo su "dictadura" particular", critican.