El presidente de la Cofradía de Jesús del Vía Crucis, Pedro García Álvarez, ha defendido la gestión de su secretario frente a las críticas lanzadas por el candidato Emilio Ferrero en torno a la polémica de las listas de hermanos, aunque la hermandad se ha caracterizado "por su discreción en estos 17 años".

"Pero ante las declaraciones de un candidato no pueden cargar las tintas contra el señor secretario, que ha realizado en los últimos tiempos una labor equidistante". García asegura que descubrió "el ardid" y en ese momento es cuando le faltó "la confianza que durante tanto tiempo deposité en Ricardo Revidiego y Emilio Ferrero quienes gestionaban, uno como vocal y otro como tesorero, la base de datos de los hermanos".

"Cuando se produce una reunión con los tres hermanos directivos implicados en el ardid y el secretario se me proporciona in extremis la clave de acceso a la base de datos. Pero esta base creada con una empresa de Galicia y que gestionaron los citados tenía unas barreras de acceso que no fuimos capaces de resolver. Por ello el secretario consensúa conmigo emitir una nota de prensa. Detecto errores significativos en el listado alfabético que afectan sobre todo a los primeros 700 hermanos de la cofradía".

El presidente de la Cofradía del Via Crucis afirma que "me siento muy dolido por cómo va a cerrarse mi gestión de 17 años pero al menos algo ha prendido, ha cuajado el concepto de la Semana Santa global. El resto forma parte, ahora que está tan en boga, de cómo se puede plantear una moción de censura encubierta. Yo no me presento porque tengo dignidad, llevo muchos años y estoy en la situación de diagnóstico médico en la que estoy". El presidente asegura que "siempre me he movido en la Junta de Semana Santa entre la espada y la pared, pero perseverando en la independencia del Vía Crucis. Ahora mi situación es infinitamente más complicada dentro de mi propia cofradía y nunca pensé que me viese obligado a realizar aclaración alguna".

La cuota de seis euros, asegura, "forma parte de un empeño personal en búsqueda del aumento de la masa social cristiana de la cofradía. La estabilidad de la Junta de Semana Santa está garantizada, ocurra lo que ocurra hoy. Mi leitmotiv siempre fue el beneficio de la cofradía sin perjuicio del bien común, una postura que hoy constato es bastante incomprendida sobre todo cuando tienes que asistir perplejo a este tipo de movimientos más propios de la actualidad política española y no de una asociación pública de fieles".