Están quienes no pueden y quienes no quieren escuchar. Con motivo del Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas, la Asociación de Personas Sordas de Zamora denunció ayer la delicada situación que vive la comunidad sorda en la provincia. Y es que el colectivo solo cuenta dos únicas intérpretes: Beatriz López y Marta Villalva. La primera cubre los servicios de vida diaria como el acompañamiento de personas no oyentes al banco o al médico. La segunda se ocupa de los asuntos culturales, como la "traducción" de las actuaciones de microteatro o las presentaciones de la Feria del Libro. El problema viene cuando una misma cita coincide. "Hay veces que dos personas tienen que ir al médico y una sola persona no se puede dividir. Si los servicios coinciden en día y hora, uno de ellos no se puede hacer, hay que denegarlo", lamentan.

La asociación nació en 1992 pero desde su creación hace 26 años poco o nada ha cambiado. Las barreras de comunicación existentes evidencian la falta de implicación institucional y social con una comunidad que integran cerca de 500 personas en toda la provincia, según los últimos datos manejados por la organización. De hecho, "uno de sus signos preferidos es: estamos marginados", apunta Bea. "No se dan cuenta de que es una lengua más (...) Nos faltan ayudas porque estamos siempre pendientes de a ver qué subvenciones entran o no y es un problema porque es un servicio que debería estar siempre, independientemente del político de turno que esté", critica Marta.

Ambas también coinciden en reprobar la contratación de "técnicos" a través de empresas privadas en detrimento de su profesión: "Para áreas como Educación, antes contrataban a intérpretes a través de la Federación de Asociaciones de Personas Sordas de Castilla y León, ahora contratan a técnicos de empresas de servicios que nunca han trabajado con este colectivo a los que le pagan una miseria por unas condiciones lamentables".

No obstante, la reciente instalación de bucles magnéticos en el Teatro Principal y en el Teatro Ramos Carrión o la inclusión de Marta como intérprete de lengua de signos en las funciones del liceo municipal dan cierta esperanza para la integración de las personas afectadas por algún tipo de sordera o discapacidad auditiva, cuya comunicación se ha visto mejorada por el avance de las nuevas tecnologías, como las videollamadas o las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp.

Para visibilizar estas y otras reivindicaciones, miembros de la asociación salieron ayer a la calle por el entorno de La Marina donde distribuyeron octavillas del alfabeto dactilológico con la representación simbólica de cada letra. Además, con motivo del Día Nacional de las Lenguas de Signos Españolas, el Ayuntamiento de Zamora iluminó la fachada del palacio de los Momos de azul turquesa, color con el que los sordos eran identificados por los nazis.