¿Tiene el poder la pócima secreta para cerrar heridas? La pregunta sobrevuela la sede del PSOE de Zamora en estos días de gloria. Entre la "sorpresa y la indignación", militantes de la provincia que se aferraron al "no es no" contra un nuevo Gobierno de Mariano Rajoy, alineados con el líder Pedro Sánchez, derrocado aquel 1 de octubre de 2016 por el aparato del partido, asisten "atónitos" a lo que alguno de sus compañeros ha dado en llamar "la fe de los conversos". El mismo 1 de junio, al poco de ser elegido nuevo presidente de España, las cuentas de Facebook o de Twitter de los más acérrimos "susanistas" se rendían con mensajes de enhorabuena a quien parecería convertirse, por arte de birlibirloque, en adalid indiscutible del socialismo español solo un año y siete meses después de haber sido despedazado y enviado al ostracismo político por su "no es no" a Mariano Rajoy.

El entusiasmo, el empuje que los "sanchistas" zamoranos desplegaron hasta conseguir la resurrección del exsecretario general del PSOE pareció haberse contagiado en tan solo unos horas al resto de la militancia, afiliados de base, algunos alcaldes significativos e históricos, sólidos defensores de Susana Díaz. Y, hasta antes de ayer, perseverantes opositores al nuevo líder provincial, Antidio Fagúndez, y su equipo emergido de la Plataforma de Pedro Sánchez. Postura de la que no han claudicado, incluso tras perder las primarias y el Congreso provincial.

Para la historia del PSOE local quedará aquel tuit que Tomás del Bien lanzó contra Sánchez en plena guerra, a quien espetó que no le representaba y que le avergonzaba. Se aproxima ahora y transforma aquella vergüenza en "orgullo": "Adelante Sanchez Castejón, adelante Presidente. Un orgullo ver al PSOE con la cabeza alta...". Para el alcalde de Toro ha pasado de ser un lastre para el futuro del socialismo a "el presidente de la dignidad, de la limpieza, el presidente del cambio". El toresano aclama a "el gobierno de la dignidad" y le da las gracias por "elegir a los mejores". No faltan críticos al repentino cambio, "da vergüenza tras aquella banderilla a nuestro líder".

El exsecretario de Organización del PSOE, Ismael Aguado, a los pocos minutos de que el Congreso colocara a Sánchez al frente del Gobierno restituía su figura en su Facebook. Letra negra y fondo rojo: "Vuelve la dignidad a la presidencia del gobierno". Más prudente se ha mantenido quien fuera secretario provincial, Antonio Plaza, uno de los que en el comité federal que dio la espalda al "no es no" abanderado por Sánchez. Guarda un silencio absoluto.

Otros no han dudado en desempolvar fotos junto al máximo dirigente del país para su Facebook ahora que el puño y la rosa llegan a Moncloa, tras abandonar al líder en primarias. Y están quienes asoman ahora, tras criticar la radicalidad izquierdista del secretario general, llegada la hora de nombrar cargos para deslizar nombres de militantes y exmilitantes que huyeron hacia el lado que creyeron más seguro por conservador.

"Los más papistas"

Desde el día 1, los "susanistas" zamoranos "son más papistas que el papa", se acercan a quienes "se han dejado la vida misma a cambio de nada, solo por ideología", apuntan desde el sector afín al presidente. Quienes ahora hacen gala de su alegría desbordada por el logro del PSOE pero fueron "al aparato que dio el golpe de estado interno", tendrán que demostrar con creces que "no habrá más chinitas" y que reman de verdad en la misma dirección, advierten desde el "sanchismo" con la mirada puesta en la elaboración de candidaturas a los ayuntamientos, incluidos el de Zamora. "A ver si dejan trabajar a Pedro", dice una socialista, ilusionada con la nueva etapa que se abre, "al igual que mucha gente de izquierdas de otros partidos que me lo han dicho expresamente. Aún no he escuchado a compañeros decir esto", en alusión a los "susanistas".

Otro militante espera que la transformación repentina se traduzca en que "todos apoyemos en la misma línea", que verdaderamente se acepta que quien dirige ahora el PSOE son los "sanchistas", que ganaron las primarias, y que se demuestre con el respaldo a los candidatos socialistas a los ayuntamientos, también "en Zamora a Antidio, que esperen su oportunidad para dirigir el partido".

Y es que hay quien cree que en este PSOE zamorano el "sanchismo" versus "susanismo" se trasladó después al "antidismo" versus "tomasismo", que Antidio Fagúndez y Tomás del Bien catalizaron las dos corrientes. "Está latente, aunque ahora como con el Gobierno se suaviza y se hace ver que estamos todos a una, pero es mentira", señala otro militante que confía en que, si es verdad, la confección de candidaturas a los ayuntamientos sea pacífica.

Los "sanchistas" de Zamora saborean las mieles de su triunfo, "el de la gente normal, de los socialistas de a pie con los que recobra sentido la política, de quienes se levantan contra el poder y llevan a Sánchez a la victoria rotunda". No quieren que nadie se apodere de lo que les corresponde "tuvieron agallas para romper con la resignación, los poderes fácticos y los poderes de los barones que dominaban el aparato de Ferraz".

El amargor del enfrentamiento enconado sigue muy presente. La "euforia" mantiene "exultantes" a los socialistas, pero "hay traidores que nos han dejado ojipláticos. Los que capitanearon el "susanismo", declaran desde la otra corriente, "giraron por ambición, no creo que hayan cambiado".