El obispo de Zamora, Gregorio Martínez Sacristán, dio a conocer una nueva hornada de nombramientos en la diócesis, dentro de un constante proceso de cambio para adaptar el personal del que dispone la Iglesia en Zamora a las muchas necesidades de una provincia despoblada y dispersa. Entre las designaciones, destaca el nombramiento de un seglar, Juan Carlos López-Hernández, como responsable de la delegación de medios de comunicación social, una tarea que hasta la fecha ha ocupado el sacerdote Luis Santamaría. López se había ocupado hasta la fecha de desarrollar la actividad de la Delegación de Educación, dentro de la diócesis.

Entre lo más destacable se encuentra también la nueva función de Javier Fresno como responsable de la parroquia de San José Obrero en la capital. Fresno se había encargado dentro de la Iglesia zamorana de los aspectos de religiosidad popular, materia en la que es experto.

Según el comunicado enviado a los medios de comunicación por el propio Obispado, Fernando Lorenzo Martín ha sido designado párroco de las unidades pastorales de Alcañices y de Valer; Héctor Galán Calvo es el párroco de Almeida y anejos; Francisco Abad Miguel es el cura encargado de la parroquia de Roales; Fabriciano Prieto Miguel es el capellán del Monasterio de la Ascensión -de las religiosas Benedictinas de Zamora-; José Ferrero Gutiérrez se encargará de la capellanía del Monasterio de Santa María la Real de las Dueñas, de las religiosas Dominicas Dueñas de Zamora y Antonio Pilo Pordomingo se queda como consiliario diocesano de la Adoración Nocturna Femenina Española.

Cierran la lista de nombramientos decididos por el obispo de Zamora las designaciones de Francisco Díez García como capellán de la Real Hermandad del Santísimo Cristo de las Injurias-Cofradía del Silencio de Zamora y Esteban Vicente Hernández como capellán de la Residencia "Amor de Dios", de las religiosas Hermanas del Amor de Dios de Zamora.

Despoblación

Precisamente, es la situación y composición de la provincia uno de los principales quebraderos de cabeza del Obispado de Zamora, donde las nuevas vocaciones apenas se producen cada año, los fallecimientos de sacerdotes de elevada edad son frecuentes y la población, también de avanzada edad, es cada vez más dispersa. Sacerdotes de la diócesis zamorana han impulsado iniciativas que reflejan la dificultad de atender espiritualmente a los vecinos, tales como la celebración de misas para varios pueblos o la puesta a disposición de los fieles de autobuses para poder reunir a la los creyentes en un solo templo. Muchos de los sacerdotes zamoranos cuentan los pueblos que han de atender por decenas.