"Una persona se teletransportará, 10 niños se convertirán en magos y 600 espectadores sentirán la magia en sus propias manos". Estas son las promesas que ofrecía el ilusionista Jorge Blass antes de llegar a Zamora... y cumplió. Tratándose de un espectáculo denominado "Palabra de mago", puede decirse que el artista madrileño demostró que, efectivamente, tiene palabra.

Antes del espectáculo -llevado a cabo con la ayuda de una decena de colaboradores- Jorge Blass visitó la redacción de LA OPINIÓN-EL CORREO para dejar una muestra de su simpatía y, sobre todo, de su talento como ilusionista. El madrileño se prestó a grabar un vídeo de apenas un minuto en el que demostró sus cualidades como mago ante los periodistas del diario, unas pocas gotas del tarro de las esencias de un ilusionista que en solo unos instantes hizo aparecer un billete de cincuenta euros entre las cenizas de un pedazo de papel prendido, con tiempo para sacar de su propia garganta una baraja de cartas que lanzó al objetivo de la cámara del periódico. Un vídeo que cientos de curiosos han descubierto en la página de Facebook del diario.

La hora de la verdad

Ya sobre las tablas del teatro Ramos Carrión, fueron cientos las personas que apostaron por "Palabra de mago", entre otras cosas, para comprobar una de las promesas más esperadas. Se trataba de "teletransportar" a un amigo de uno de los espectadores -por supuesto, elegido al azar- después de que lo hubiera seleccionado él mismo en las redes sociales. Blass volvió a dejar con la boca abierta a los espectadores, como ya hizo hace semanas en el estadio Wanda Metropolitano ante 67.000 personas. Entonces, el madrileño, devoto del Atlético de Madrid, logró "teletransportar" a tres jóvenes junto al jugador leyenda Milinko Pantic entre dos "cubos", separados por más de cincuenta metros sobre el césped. ¡Prueba superada!

En Zamora, conquistó al público tanto por su talento "mágico" como por su simpatía, la de uno de los mejores magos del momento, miembro de una nueva hornada de ilusionistas que han juntado el saber hacer de toda la vida -representado por especialistas como Juan Tamariz- con la vigencia de las nuevas tecnologías y las redes sociales. Fue su tercer desembarco en Zamora, después de participar en la tercera edición de las Jornadas de Magia de la ciudad, en unas fiestas de San Pedro en las que apenas contaba quince años de edad.