A las tres de la madrugada de ayer, un centenar de efectivos de la Policía Nacional de Zamora, apoyados por unidades especiales, entre ellas las caninas, irrumpían simultáneamente en nueve domicilios de la capital -en el barrio de Los Bloques e inmediaciones de la antigua estación de autobuses-, en Monfarracinos y en El Cubo para detener a 9 zamoranos, cuatro hombres y cinco mujeres, acusados de integrar un grupo de venta de drogas que guarda conexión con el clan familiar asentado en la capital zamorana desde hace más de dos décadas, según ha podido saber LA OPINIÓN-ELCORREO DE ZAMORA.

La Policía Nacional detuvo ayer a otros 3 individuos en Salamanca, dos hombres y una mujer, y efectuó cuatro registros domiciliarios dentro de la misma operación antidroga dirigida desde la Comisaría de Zamora, desarrollada al mismo tiempo que en la capital zamorana para coger por sorpresa a todos los integrantes del grupo. En total, los agentes se incautaron de una escasa cantidad de marihuana, 40.000 euros en metálico, herramientas para pesar y cortar la droga, un rifle y, en prácticamente todos los registros, armas blancas, según información próxima a la investigación.

Los zamoranos arrestados son en su mayoría jóvenes, aunque también algunos tienen mediana edad, de entre 40 y 50 años de edad, nacidos en Zamora o asentados desde hace años en la provincia y buena parte de ellos con antecedentes policiales. Si bien no tienen ningún vínculo familiar con los responsables de la mayor red de tráfico de drogas radicada en la capital zamorana, existe una conexión entre los dos grupos de venta de estupefacientes, apuntan las fuentes consultadas por este diario.

Las diligencias abiertas por la Policía Nacional se mantienen en secreto al objeto de no interferir en esta segunda fase de la operación antidroga que se espera culmine en las próximas horas, lo que dará lugar al traslado de toda la documentación al Juzgado de Guardia para que inicie la investigación judicial. Los investigados fueron sorprendidos por los efectivos de la Policía Nacional mientras dormían, en una intervención que buscaba hallar desprevenidos a los presuntos integrantes de la pequeña red de tráfico de drogas al menudeo.

Los agentes iban equipados con herramienta especial para poder sortear las medidas de seguridad que pudieran encontrar en las viviendas de los supuestos traficantes, que, en ocasiones, refuerzan las entradas con varias puertas, alguna de hierro, lo que retrasa el acceso de los policías al interior, al tener que ir derribando estas "barreras".

Del mismo modo, las casas unifamiliares que los integrantes de estos grupos de delincuencia ocupan pueden contar con un doble tejado, reforzado bajo la teja con placas de hierro, para impedir que los policías puedan entrar fácilmente por esta parte de los inmuebles, sorteando las puertas de sus domicilios, y sorpendiéndoles sin posibilidad de deshacerse de la droga que puedan tener oculta en sus casas. La policía solo tuvo que hacer uso de esas herramientas en los registros de Salamanca.