Tras los desprendimientos producidos el pasado domingo en la fachada del Teatro Ramos Carrión, operarios de la Diputación Provincial de Zamora retiraron ayer los cascotes que permanecían en el lateral del liceo provincial a la espera de la evaluación de daños por parte del perito de seguros.

Tal y como recordaba la presidenta de la Diputación Mayte Martín Pozo, desde el momento en que se produjeron los desperfectos los técnicos de la institución provincial se personaron en el lugar de los hechos y la zona se cerró al público para evitar males mayores. Y es que da la casualidad que la calle entre el recinto teatral y el Parador donde se produjo el derrumbe era un espacio anteriormente privado y reservado para uso propio del Teatro hasta el pasado mes de marzo, fecha en la que se decidió abrir su terraza trasera como mirador turístico con vistas al río Duero.

Afortunadamente, en el momento del incidente la zona se encontraba cerrada al público por lo que no hubo lamentar daños personales. A la espera de un informe técnico, Martín Pozo achacaba el incidente a "todo el agua que ha caído" en los últimos meses sobre estas "piezas de fábrica" de yeso que forman la moldura de la cornisa ornamental y que se precipitaron al suelo pasadas las cinco de la tarde.

Pese a quedar en un susto, el incidente no ha pasado desapercibido entre los grupos de la oposición. Si las obras de rehabilitación ya fueron objeto de crítica por su eleveado coste, el Grupo Socialista de la Diputación ha vuelto a arremeter contra el "proyecto estrella" de la institución, presidida por aquel entonces por Martinez-Maíllo, asegurando que los desprendimientos en el Ramos Carrión evidencian "15 millones de euros que se caen a pedazos".

"Cabe recordar que las obras de rehabilitación del recinto teatral se hicieron hace tan solo tres años con un coste de más de 15 millones de euros. "Apostamos por una infraestructura que funcione de una manera fiable y duradera durante las próximas décadas", comentaba por el año 2010 Maíllo. Pero, nuevamente, los hechos hablan por sí solos y la infraestructura del proyecto estrella de la Diputación ya ha empezado a dar problemas", advierten.

En este sentido, desde el Grupo Socialista insisten en que la reforma "es otra de las herencias de Maíllo" y en que los fondos deberían haber sido utilizados en servicios básicos para el mundo rural. "De nuevo, un ejemplo más de la mala gestión del dinero público cuando Aliste sigue sin conexión a Internet o Tábara sin TDT", apostillan.