La Fiscalía acaba de solicitar dos años de prisión y cuatro de alejamiento y otros tantos de privación de tenencia y porte de armas para el zamorano acusado del delito de maltrato habitual hacia su hija, una actitud agresiva que llevó a la pequeña a manifestar ante la juez de Violencia de Género y el fiscal que "prefiere morirse a estar con su padre", por lo que será juzgado en el Juzgado de lo Penal por un delito de violencia doméstica.

El hombre, de iniciales S.R.G., lleva ya seis meses sin poder aproximarse a la niña, medida cautelar que adoptó la magistrada ante la "situación de angustia" que vive la pequeña de 11 años, según describe la magistrada en el auto de apertura de juicio oral, en el que describe una relación "muy dañada la relación de padre e hija", de acuerdo con el informe de las técnicos del Centro de Acción Social (CEAS) y del equipo multidisciplinar de la Fiscalía de Menores.

El fiscal, sin embargo, no acusa finalmente al hombre del delito de violencia de género contra su exesposa, tal y como había solicitado a la juez durante la fase de instrucción en contra de lo manifestado por la magistrada en su auto de imputación, en el que sostiene que existen indicios del episodio de maltrato sobre la mujer, ocurrido a la salida del colegio de la hija de ambos, cuando el procesado se aproximó a su excompañera y la propinó un fuerte empujón, acreditado por testigos, lo que motivó la orden de alejamiento hacia esta y su hija en fase de instrucción ante el "temor que sienten" ambas al tenerle cerca al procesado, según la juez.

El auto de apertura de juicio oral recoge que existen pruebas para imputar a S.R.G. la agresión a su hija menor "en diversas ocasiones, propinándole tortazos, empujones, un golpe con un libro, y un golpe en la cabeza, entre otras agresiones", además de insultos, gritos y otras conductas graves como el que la haya "dejado sola en algunas ocasiones". En concreto, se recoge una en la que el padre se ausentó a las 20.00 horas con la excusa de ir al baño, momento en el que dejó a su hija con un desconocido para la niña y a la 1.12 horas le mandó un mensaje al teléfono móvil de la pequeña para decirle que se desplazara hasta donde él se encontraba. La juez indica, en su relación de "hechos punibles", que el imputado "ha provocado con todas estas agresiones que la menor llegara a manifestar que "prefiere morirse a estar con su padre"", cuando se le ha preguntado.

El informe del CEAS, al que hace referencia la magistrada en su auto, descarta una intervención para restablecer el contacto entre padre y hija "porque la niña no desea tener relación con el padre y tiene capacidad para saberlo", además de indicar que cuando se estableció esta medida el progenitor no acudió nunca, por lo que fue imposible desarrollarlo.

Estas profesionales aseguran en su informe, tras la exploración de la niña, que "no está manipulada" por su madre, como sostiene el padre. La menor a los 9 años ya mostraba nerviosismo, "labilidad emocional" (inestabilidad) y "angustia al inicio de los periodos" de estancia "con su padre", "llora" cuando debe ir con él, apuntan en sus informes. De lo expuesto por los expertos, "se desprende la existencia de indicios racionales de los delitos" investigados en el Juzgado, dado el "relato constante, coherente y uniforme" de la niña sobre agresiones verbales y físicas, con "episodios como que el padre bebe y coge el coche, y no le muestra los cuidados adecuados"; que en ocasiones no hay comida en casa, que nunca se baña en Zamora y que le deja sola o con desconocidos para ella. La juez consideró "necesario" emitir "una orden de protección" y suspender las visitas, medidas que se mantendrán hasta que exista una sentencia del Juzgado de lo Penal.