Con el objetivo de dignificar la acogida de transeúntes e indomiciliados, Cáritas Diocesana de Zamora ultima las obras en la Casa Betania, inmueble situado en la calle Sor Dositea Andrés, justo por detrás de la iglesia de La Magdalena, para dar asilo a cerca de cuarenta "sin techo".

Las tareas de rehabilitación en el edificio, cedido por el Obispado de Zamora y declarado Bien de Interés Cultural (BIC), fueron autorizadas en enero de 2014 y desde entonces Cáritas ha realizado un esfuerzo económico para ejecutar las obras en la medida de sus posibilidades a fin de transformar el inmueble en un centro de acogida que sustituirá al actual de Madre Bonifacia, ubicado en la calle la Reina y con capacidad para 28 usuarios.

"Vamos a ganar en cantidad y en calidad. Será más grande y estará mejor equipado, con lo cual pensamos que podemos prestar un mejor servicio a un colectivo de personas que son las más excluidas de la sociedad y que además pasan más desapercibidas (...) Queremos dignificar la acogida", explica el delegado diocesano de Cáritas, Toño Martín de Lera.

Se espera que las obras estén finalizadas "a finales de este año o a más tardar a finales del primer trimestre del año próximo" y a partir de ahí dará comienzo el traslado. Así las cosas, la Casa Betania, ocupada antaño por una congregación de religiosas, cobrará todo su sentido. Y es que tal y como recuerda Martín de Lera, según la tradición bíblica Betania era una población cercana a Jerusalén en la que residían Lázaro, Marta y María, amigos de Jesús. "Era como un lugar de acogida del Señor, Jesús cuando iba a casa de sus amigos era acogido y bien acogido, que es lo que queremos nosotros", abunda el responsable de Cáritas.

Esta intervención se suma a las obras acometidas a lo largo del 2017 y en lo que va de año en los centros que gestiona la entidad. En total, Cáritas ha desembolsado más de dos millones de euros para "mejorar la respuesta que se ofrece a familias y otros colectivos que lo necesitan", indican. Así, además de la rehabilitación de la Casa Betania, algunas dependencias de la residencia Matías Alonso de Villarrín de Campos también han sido adecuadas, las residencias Conchita Regojo y don Antonio y doña Esther de Fermoselle también han sufrido remodelaciones y el edificio que alberga el Centro de Formación y Empleo situado en la plaza de Santa María la Nueva de la capital ha sido rehabilitado por completo para adaptarlo a las necesidades y exigencias que marca la legislación.