El delegado episcopal de Cáritas Diocesana de Zamora, Antonio Jesús Martín de Lera, analiza la memoria anual de la entidad.

- ¿A qué se debe el descenso del número de personas atendidas?

-Algunas personas han logrado tener un puesto de trabajo, entonces no tienen que recurrir a Cáritas. También hay personas que se han marchado a Madrid, Barcelona o País Vasco, sitios donde es más posible encontrar empleo que en Zamora. El desempleo es uno de los problemas serios que tenemos.

- Pese a ese ligera bajada del número de usuarios, las necesidades han aumentado. ¿Cómo se explica eso?

-Antes había familias que venían pidiendo que le pagáramos el recibo de la luz dos veces al año para tener un respiro y poder tirar. Ahora esas mismas familias vienen pidiendo que les paguemos el recibo de la luz durante todo el año porque no llegan. Es gente que si tenía algún tipo de subsidio o prestación de ayuda, con el paso del tiempo se le ha acabado y en el mejor de los casos al final lo que les queda es la renta garantizada de ciudadanía, cuya cantidad máxima es de 700 euros, imposible para que una familia de 5 o 6 personas viva.

- ¿Cuáles son esas demandas?

-Fundamentalmente piden cubrir gastos vinculados al alquiler de la vivienda y su gasto energético (luz, gas?), además de productos de primera necesidad. Las personas lo primero que hacen es comprar para comer. Pero en otras ocasiones optan por ahorrar en alimentación para pagar la luz.

- ¿Cuál es el perfil de los solicitantes?

-El perfil sigue siendo un poco similar, fundamentalmente gente de mediana edad de entre 30 y 50 años con hijos a cargo, familias monomarentales (es decir, mujeres solas con hijos a cargo) y ahora se ha añadido el perfil de gente que está trabajando pero que no tiene recursos para llegar a fin de mes.

- ¿La solicitud de ayuda es constante durante todo el año?

-Sí, aunque hay algunos momentos puntuales, por ejemplo al inicio del curso escolar sobre todo por la demanda de los libros de texto y por el fin de los contratos de sustitución de vacaciones y otros trabajos de verano. No vienen en junio, julio y agosto porque durante tres meses tienen la posibilidad de trabajar pero llega septiembre y vuelven porque están otra vez en situación de desempleo. Navidad y principios de año suele ser otro momento en el que se nota mayor demanda.

- ¿También se agudiza la exclusión social de estas personas?

-Donde más personas se atiende es en Zamora, Benavente y Toro. Los tres núcleos de mayor población y por tanto de mayor concentración de pobres y de exclusión. En el mundo rural también, pero allí funciona más la solidaridad vecinal. Aunque Cáritas está presente en la zona y en todos los arciprestazgos de la diócesis, si un vecino sabe que el de al lado tiene hambre, le va a dar comida y esa solidaridad se da más entre personas en los pueblos que en la ciudad. Y es que en Zamora aunque sea pequeña, a veces te llevas la sorpresa de que en un bloque de pisos con tu vecino de al lado lo más que hablas es "buenos días, buenas tardes, va a llover hoy" y no hay un conocimiento real de su situación.