La joven investigada por la venta de su bebé zamorano a los quince días haber nacido el 2 de septiembre de 2015, por una cuantía que podría oscilar entre los 3.000 y 15.000 euros a una pareja española que residía en Reino Unido, según testigos, solo ha podido ser condenada por falsear el nombre del padre el niño en el Registro Civil, con la complicidad del joven que se lo iba a llevar a Gales, un delito que le ha costado una pena a seis meses de prisión y otros seis de multa.

La Fiscalía no pudo imputar a la madre, que tenía 19 años entonces, y al otro acusado el delito de comerciar con el pequeño, al resultar imposible obtener documentación sobre los mensajes que intercambiaron la joven de 21 años, de iniciales I. R. B. y nacionalidad rumana, y el falso padre biológico en Facebook para comprobar si hubo negociación sobre la venta del bebé. Fue a través de esa red social como entraron en contacto y fueron conociéndose, según confirmaron durante las diligencias que practicó el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Zamora.

En cuanto al hombre que fingió ser el progenitor del niño, tras mantener una relación esporádica con la joven y que se lo llevó con su pareja al Reino Unido, el Juzgado de lo Penal tendrá que volver a citarle para celebrar el juicio por el mismo delito de falsedad en documento público, por figurar en el Registro Civil como el padre biológico del recién nacido, ya que ayer no acudió a la vista oral que se había fijado para enjuiciarle a él y a la madre. La joven madre llegó a un acuerdo con la Fiscalía Provincial. La acusada admitió ayer haber cometido el delito de falsedad documental en connivencia con el acusado, que se llevó al bebé a la localidad Cardiff Bay de Gales, donde permanece bajo custodia de las autoridades galesas. El imputado se enfrenta a penas de un año de prisión y otro de multa.

La investigada por delito de venta del pequeño negó estos hechos y aseguró que jamás pensó en comerciar con su niño, al que dio a luz el 2 de septiembre de 2015 en el Hospital Virgen de la Concha, en contra de la versión ofrecida por personas de su entorno al ser interrogados por la Policía Nacional cuando se iniciaron las investigaciones para localizar al pequeño. Los testigos afirmaron haberle oído hablar de sus planes de vender a su hijo, lo que explicaría que se le localizase en la capital de Gales como hijo de un matrimonio español, que estuvieron investigados en la causa, si bien la acusación se dirigió finalmente solo hacia el supuesto padre por figurar en el Registro Civil como progenitor. El Juzgado investigó si el trato se cerró a través de Facebook, a través de cuyas cuentas se comunicaba la madre y la pareja residente en Gales que recibió el niño, lugar al que viajó la joven con el pequeño.