El zamorano Enrique Llamas acaba de publicar su primera novela "Los Caín", un texto que presentará en la Feria del Libro la próxima semana.

-¿Cómo decidió enfrentarse con el folio en blanco?

-La escritura es un paso natural si se ha sido lector desde pequeño, como es mi caso. Lo que hace falta es encontrar un tema o algo que te llame la atención. En este caso el mundo rural sobre el que más había leído en mi infancia y en mi adolescencia.

-¿De qué manera surgió la historia sobre la que se sustenta la historia de la novela?

-Nació cuando estaba haciendo prácticas de verano en SER Zamora. En el verano de 2010 empezaron a morir los ciervos de la Sierra de la Culebra. En el período de tiempo en el que se tardó en encontrar una explicación a esas muertes, yo ya había diseñado la trama del libro.

-Usted habla de la maldad humana.

-Sí, de ahí el título "Los Caín" que es un homenaje a la primera novela publicada por Ana María Matute, que es "Los Abel". Habla de la maldad porque existe como contraposición a la bondad. En la novela hay personajes malos en oposición a otros que son buenos y, lo que me parece mucho más interesante, otros que son moralmente ambiguos.

-No emplea topónimos que hagan pensar que la historia se desarrolla en Zamora.

-La novela comienza en Madrid donde sí se ubica, pero la descripción del paisaje puede ser cualquier rincón de Castilla. No he querido poner ningún nombre para dar libertad al lector por si esta historia les encaja más en otro paisaje. Además lo he hecho porque estoy muy orgulloso de ser zamorano y no quería hacer un retrato porque Zamora es mucho más.

-Por detalles que aporta ubica temporalmente la trama a principios de los 70.

-Me parece más efectiva realizar una ubicación sensorial hecha a través de las marcas de colonia que estaban de moda, de los coches que se utilizaban, de las cervezas que en aquel momento se tomaban. Además, he incluido palabras como cuzo, buchina o expresiones como saltar la sangre con el objetivo de que el lector aprenda palabras tan bonitas que forman parte de nuestra cultura zamorana.

-En el texto se palma una fortísima tensión en el pueblo donde se desarrolla la historia. ¿Era su objetivo?

-Sí. Los misterios que suceden son la guía para enganchar al lector. Pretendo transmitir la sensación de cerrazón y agobio que pueden producir los lugares pequeños a las personas que nos los conocen. He optado por plasmar esto porque cualquier carrera creativa tiene que empezar por aquello que se conoce. Yo conozco ese ambiente, aunque no lo he sufrido tal y como le sucede al protagonista. Uno tiene que escribir de lo que conoce y más si tiene que compatibiliza la escritura con un trabajo que no me permite sumergirme en una intensa labor de documentación.

-¿Qué ha sido lo más complicado de la novela?

-Para mí ir lanzando las pistas que aporto para enganchar al lector, esa dosificación de la información para que sucedan las cosas poco a poco. El clima me ha sido más fácil retratarlo. Estuve escribiéndola durante algo más de un año y luego la tuve aparcada en un cajón. La volvía a sacar y la corte a la mitad.

-Una intensa criba.

-Se la dejé leer a dos personas que son mis padrinos literarios, Ignacio del Valle y Belén Gopegui que me dijeron que la estructura estaba bien, los personajes estaban muy logrados, pero que era una novela muy extensa para un autor primerizo. Me di cuenta que para ser más claro tenía que suprimir cosas. Eliminé personajes y escenas como una de cetrería. Me centré en las partes en las que se habla de la bondad y la maldad.

-Los nuevos valores no siempre lo tienen fácil para publicar. ¿Ha sido su caso?

-Ha sido más fácil escribir que publicar. Las editoriales con la crisis tienen mucha menos capacidad para recibir manuscritos y la dificultad ha residido en que se lo lean. Era consciente de ello, pero he tenido suerte que le haya llamado la atención a este editorial, Alianza de Novelas. Me conocen un par de escritores, pero no te conoce la crítica y menos los lectores, por lo que su apuesta es fundamental para los nuevos nombres y que no limita a tener en su agenda a quienes triunfaron años atrás.

-Va a presentar su novela en la Feria del Libro.

-Me hacen muchísima ilusión la presentación en Zamora. Tendrá lugar en la Biblioteca de mi ciudad, un espacio al que le debo muchas horas de lectura y mi afición por el cine. Ninguna de Madrid posee un fondo tan asombroso como el de la de Zamora. Mi sueño es llegar el 1 de junio y hablarle de mi libro a mi familia, amigos así como a los asiduos a la Biblioteca. Será muy especial el día que vea el tejuelo en las estanterías de ese centro. Es fundamental la labor que efectúan con los libros tanto los bibliotecarios como los maestros.

-Su segunda novela ¿para cuándo?

-No lo sabría decir. Tengo ya todo preparado para empezar a escribir. Será algo que no tenga que ver con esta y comenzaré una vez que haya dejado de hablar de la anterior porque no quiero se me mezclen los lenguajes.