En el tiempo en el que los bancos y cajas cierran oficinas a lo ancho del territorio de la provincia, Caja Rural de Zamora aspira a convertirse en la excepción que confirme la regla de este mercado. La entidad, de hecho, pretende consolidar su expansión en las provincias de León y Valladolid que tan buenos resultados está dando en los últimos años, así como mantener e incluso incrementar el número de sedes y empleados que tiene desplegados en Zamora. Ese es el plan desvelado ayer por el director general, Cipriano García, tras la Asamblea General de Delegados que aprobó las cuentas anuales de 2017 y reeligió a Nicanor Santos como presidente del Consejo Rector.

Caja Rural de Zamora cuenta en la actualidad con una red de 92 oficinas, de las cuales 16 pertenecen a León y otras 7 a Valladolid. Dos territorios importantes para la cooperativa y sobre los que sobrevuelan planes de futuro. "Son dos lugares donde hemos abierto oficinas en el último año y nuestro objetivo es continuar con las aperturas", señaló Cipriano García a la finalización de la reunión. "Tenemos un modelo consolidado en Zamora con más de un 33% de cuota y lo que buscamos es precisamente esa consolidación también en las otras provincias donde trabajamos. Seguir abriendo y no cerrando", indicó el director general.

Para ello, el Consejo Rector de Caja Rural de Zamora ve fundamental sostener el actual modelo de plantilla y llegar a incrementarlo con las diferentes aperturas. "Nos asentamos sobre la profesionalidad de nuestros trabajadores y por eso tenemos fama de hacer una banca diferente a la que hacen los demás", expresó García. Actualmente, Caja Rural de Zamora trabaja tanto en León como en Valladolid con oficinas urbanas y semi rurales en territorios como Tordesillas, Medina de Rioseco, Astorga, La Bañeza o Valencia de Don Juan, además de las situadas en los entornos urbanos de las capitales. Esa será la figura inspiradora para el crecimiento que la entidad desea de cara al futuro y que ha de seguir, adelantan, por la senda de las aperturas.