Pablo Giménez expone estos días por primera vez de manera individual en la galería de arte Espacio-36 Ángel Almeida.

-¿Cómo un ingeniero llega al mundo de la pintura?

-La verdad es que no lo sé. Quizá la pregunta tendría que ser cómo un pintor acaba siendo ingeniero. (Risas). Creo que mi esencia es de pintor. Llevo pintando toda la vida porque para mí es una especie de necesidad. Siempre he pintado y es lo que más me gusta hacer. Pensé en su momento estudiar Bellas Artes, pero era enfocar toda tu vida al arte.

-¿Cómo nació esta primera exposición en la ciudad de Zamora?

-Surge a través de una pintora zamorana Gloria García Pertejo. Ella me habló del galerista Ángel Almeida, hablamos y la conversación fructificó en esta muestra.

-En la exposición dedica varios cuadros a las esculturas de Carmen dormida y Carmen despierta de Antonio López que se exhiben en Patio Herreriano.

-Estaban cuando yo expuse en este museo de Valladolid. Cuando las vi en ese espacio con ese silencio y esa presencia, pensé que tenía que pintarlas. Pedí permiso al museo y me dejaron pintar cuando no había público. Para mí fue todo un reto estar pintando encerrado con esas dos cabezas y ver qué pasaba. No tenía una idea muy clara de lo que iba a suceder. No obstante, tenía claro que quería plasmar el silencio que había, las cabezas? y fue una especie de retiro. Un cambio de tercio que resultó muy satisfactorio.

-¿Un cambio de tercio que supuso un antes y un después en su obra?

-Tanto como eso no. Es un paso más. En esta muestra hay cuadros que pueden parecer de varios pintores porque hay desde bodegones muy realistas hasta obras que rozan la abstracción.

-¿Por qué?

-Porque para mí la pintura es un estado de ánimo y hay veces que el cuerpo te pide unas cosas y otras veces otra. Este invierno que ha llovido muchísimo no he podido salir al campo a pintar por lo que me he tenido que ceñir al bodegón. Pinto in situ porque la naturaleza para mí es algo especial. Estar pintado es más importante que el motivo que se haya pintado. A unos les gusta salir a correr y en mi caso, yo disfruto muchísimo pintando una vez que he conseguido zafarme del peso del resultado, lo que se nota en la obra. Es más el acto de contemplar, de ver lo que te ofrece la naturaleza, de estar dentro de ella? de contemplar el cuadro dentro con él. Una foto no deja de ser un soporte más, por muy buena que pueda ser no deja de ser un intermediario. Lo mismo sucede al pintar un objeto, no es lo mismo tenerlo delante que veo a través de una imagen. Los bodegones que hay en la exposición los he creado para pintarlos.

-Usted emplea soporte papel y también tela.

-Cuando algo llama poderosamente tu atención y necesitas pintarlo opto por el papel porque si tienes que ir a comprar el lienzo, pierdes la oportunidad de hacerlo. El papel para mí es muy útil porque te permite ir al campo, empezar un cuadro sin estar ceñido a un tamaño determinado. El papel es muy versátil para eso, de ahí que los bodegones estén hechos en este soporte mientras que los paisajes en general tienen un tamaño más similar.

-Plasma desde riberas hasta bosques?

-Hay temporadas que los bosques están más apetitosos, otros que el secarral... Yo salgo de casa a ver que me encuentro.

-Y ¿qué motivos llaman su atención para que llegue a plasmarlo?

-A veces tengo pensado a donde ir y otras veces veo algo que me llama la atención, paro el coche y lo pinto. Pinto un poco por impulsos. Yo siempre que puedo pinto al aire libre, puesto que es una forma de entablar una relación con que el motivo que pintas. Para mí es muy satisfactorio que alguien me diga que ha visto un paisaje que me iba a gustar plasmar. Resulta gratificante porque induces a una manera de mirar y de admirar la naturaleza. A través de un cuadro intento compartir aquello que he sentido y que el espectador pueda sentir algo parecido.

-Usted ha asistido a seminarios que imparte Antonio López.

-Un año me animé a hacerlo, mandé la documentación y me seleccionaron y últimamente intento pintar una semana al año con él. Antonio López me ha planteado problemas y situaciones que yo antes no encaraba. Es un hombre de una grandeza infinita, muy inteligente que intenta que cada uno pinte lo que tiene que pintar. Es la persona que más me ha influido pictóricamente y en la manera de ver la vida.