Luis y Juan Manuel Moneo, padre e hijo, cumplieron ampliamente con los pronósticos para redondear una memorable actuación en la sede social de la venerable asociación cultural flamenca. Eso sí, a todos le supo a poco. Escarbar, aunque sea muy por encima, en las ramificaciones flamencas de esta ancestral saga gitana y flamenca supone, además de una inteligencia espacial prodigiosa para manejarse con los árboles genealógicos, un gratificante y sustancioso reencuentro con la historia del flamenco: Moneo, Lara, Carrasco, Fernández, Carpio, Reyes, Valencia, etc., etc. Apellidos que forman parte de la más alta alcurnia de las familias cantaoras. Del origen y devenir del arte flamenco. De su historia forjada a fuego lento y amparada en letras de oro desde hace casi tres siglos para poder alumbrar una treintena de palos, eso sí, algunos con decenas de variantes. Pues eso son los Moneo, una destilación centenaria eclosionada hace algunos años. Y los dos que nos quedan, han estado en Zamora. En La Peña. En el templo de culto del universal arte.

Abren por los cantes de uno de los más grandes creadores por su sobresaliente vena compositora: Enrique Jiménez, El Mellizo, su malagueña corta y la grande, cerradas ambas por fandango abandolao al estilo de Frasquito Yerbagüena. Todos empezábamos a entrar en faena; continúan por cantiñas con algún intercalado por alegrías; llega el buque insignia de la casa, bulerías por soleá, o como él anunció -y es lo mismo- soleá por bulerías. María La Moreno, El Gloria, Antonio La Peña y Frijones fueron sustanciosamente saboreados por el respetable para premiar con aplausos a raudales; fandangos, el primero de El Rubio, segundo de Caracol y último de Manuel Torre. Descanso.

Inician la segunda parte por soleares. Primera y segunda de Joaquín El de La Paula, Agustín Talega, dos más de La Serneta, Tío José de Paula, María La Moreno y Juanillero de Marchena. Preciosa riestra del palo reina. Continúan por seguiriyas, Tomás El Nitri, Joaquín La Cherna, Manuel Torre y Curro Durse con un aire muy personal: "Mira Félix, en nuestra familia pillamos los cantes y los hacemos a nuestra manera, tu es que profundizas demasiado". Sin comentarios, porque lo hacen perfecto, aunque precisamente, a su manera. Tanda de magníficas tonás, que vulgarmente podíamos denominar dos martinetes y una carcelera. Cierran esta magistral noche flamenca por bulerías, resaltando nuevamente Luis su sentido arrebatador del compás al acompañarse con sus palmas y pies sobre el tablado, refiriéndose a este "es muy bueno. Así da gusto"

Resumiendo, buena noche flamenca, buen ambiente como siempre, buenos invitados y excelente ágape posterior organizado por Eduardo Abril para comentar, compartir, debatir, y, en definitiva, disfrutar de la velada con la presencia de los artistas.

Próxima cita, XLVIII Festival Flamenco de Zamora, el decano de los festivales flamencos de capitales de provincia en el mundo. Un legítimo y genuino plato fuerte de nuestras fiestas, con un cartel de auténtico lujo. Será el mismo día de San Pedro. El día anterior, el jueves 28, podremos asistir a la ilustración de la Misa Flamenca en San Juan con el artista más exclusivo y emblemático ganador del Festival del Cante de Las Minas, Ricardo Fernández del Moral, casi nada.