Los vándalos han "declarado la guerra" al Ayuntamiento de Zamora. Apenas han transcurrido dos meses desde que, en la previa de la Semana Santa, el servicio de Urbanismo eliminara pintadas en el barrio de La Horta y la zona centro y los grafitis han regresado aún con más fuerza. Incluso con amenazas. Así se desprende de lo que ha aparecido escrito en la pared de uno de los solares abandonados existente en la esquina entre la plaza de Santa Lucía y la calle Manteca. En ella se puede leer lo siguiente: "Nunca se puede privar al ser humano de expresarse. Sino pasa lo que pasa: guerra". Con falta de ortografía incluida.

Que Zamora tiene un grave problema con el vandalismo es algo que se conoce a la perfección en el seno del Ayuntamiento de Zamora. Robos, destrozos y pintadas traen al municipio por el camino de la amargura y parece que es imposible poner coto a la situación. La última vez que el equipo de Gobierno se pronunció sobre este tema ocurrió tras el robo de un columpio para niños con discapacidad en el parque de Las Viñas. Apenas unas semanas antes, en las vísperas del puente de los Santos, los gamberros superaban su propia insensatez y destrozaban el Puente de Hierro mientras este se encontraba cortado por obras, antes si quiera de que se pudieran finalizar los trabajos.

Fue durante los días previos a la Semana Santa cuando el Consistorio intentó devolver el buen aspecto a los barrios del centro de la capital. Decenas de pintadas adornaban con dudoso gusto las paredes de La Horta y del Casco Histórico, por lo que se procedió a repintarlas antes de que por delante discurrieran las procesiones de la Pasión. En aquella ocasión se esperó hasta el último momento para acondicionar las fachadas, conscientes en el departamento municipal de que los vándalos no tardarían mucho en volver a dejar su nefasta impronta. Y así ocurrió antes de la llegada del Miércoles Santo.

El barrio de La Horta ha sido siempre uno de los más afectados por la acción de quienes no respetan la propiedad privada. Ni tampoco la pública. Operarios municipales se afanaron hace apenas dos meses por limpia de grafitis, firmas y pintadas las diferentes fachadas de este espacio que sufre la cara más amarga de la degradación urbana. Entre los puntos rehabilitados, se encontraba el esquinazo del solar abandonado entre la plaza de Santa Lucía y la calle Manteca. Lugar donde ahora ha aparecido esta amenaza aludiendo a una mal entendida libertad de expresión.

El Ayuntamiento de Zamora anunció meses atrás que intentaría redoblar la vigilancia en diferentes puntos de la capital para poder pillar a los vándalos con las manos en la masa, puesto que esa es la única manera de que paguen por sus delitos. No obstante, la Policía Municipal llega hasta donde llega y las cámaras de videovigilancia tampoco son capaces de coger a quienes destrozan el patrimonio privado y también el de todos los zamoranos.

El problema de la capital con las pintadas, lejos de arreglarse, parece que se recrudece con el tiempo y resulta prácticamente imposible ponerle coto. Mientras tanto, son los vecinos quienes sufren las consecuencias de quienes no tienen respeto por los demás.