Javier González Jara es consejero territorial de la ONCE en Castilla y León y participará en una de las charlas organizadas con motivo de la celebración de la Can We Run Zamora el próximo domingo 10 de junio en el Bosque de Valorio. González Jara hablará sobre la importancia de la educación de los perros guía en un evento solidario protagonizado por las personas y sus perros, y que está organizado por LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA y Prensa Ibérica. La carrera está patrocinada por el Ayuntamiento de Zamora y Fundación Caja Rural, y cuenta con la colaboración de la asociación "Corriendo con el Corazón de Hugo", CocaCola, Trixie, Boomerang y la protectora Scooby Zamora.

-¿Qué suponen los perros guía para las personas invidentes?

-Normalmente decimos que son nuestros ojos, porque realmente es lo que nos falta y no estaría mal dicho porque nos quitan los obstáculos que haya por el camino cuando nos movemos o nos avisan de los peligros que pueda haber por la calle. Yo lo considero más que nuestros ojos, lo considero como si fuera un compañero, un amigo y realmente un confidente. Es compañero porque somos un equipo, yo sé un poquito lo que él necesita y él sabe en todo momento lo que yo necesito. Es amigo porque está pendiente de mí igual que yo estoy pendiente de sus necesidades, como de cualquier amigo; y confidente porque, al fin y al cabo, el perro está todo el día con nosotros y sabe cosas que no sabe nadie más porque a todos los sitios a los que voy está conmigo. Realmente es una parte más de mí.

-¿Qué supone el acompañamiento de un perro guía en el día a día? ¿De qué son capaces?

-Estos perros están enseñados para conseguir que la persona ciega haga una vida totalmente autónoma, y cuando me refiero a autónoma, es poder llegar a cualquier lugar. Sin ellos, por ejemplo, a día de hoy, que nos están quitando muchos semáforos y los están cambiando por rotondas, nos resulta más complicado saber dónde está el paso de peatones, cuándo pasar o si es seguro que no viene ningún coche. Un perro nos ayuda a cruzar las calles y a evitar si hay cualquier obstáculo, como una farola, una señal o incluso una terraza de un bar. En el caso de una terraza es muy complicado con un bastón poderlo esquivar porque tenemos que ir buscando por dónde meternos. Con el perro ni siquiera somos conscientes de que lo está esquivando porque automáticamente él con antelación nos busca el hueco que sea más seguro para poder pasar y nos lleva por ahí. Realmente hace que lleguemos a los sitios, aunque también es verdad que no es un GPS. El perro es una parte más de ti, es un compañero, somos un tándem y tenemos que participar los dos. Al fin y al cabo, el que sabe dónde tiene que ir soy yo y las personas ciegas nos creamos un planito mental de dónde queremos llegar y yo le voy dando referencias que él puede conocer. Somos un complemento los dos, yo le voy dando dónde quiero llegar y él, con los conocimientos que se le han enseñado, me hace llegar a ellos. Somos un equipo los dos.

-¿Cómo se le dan esas indicaciones al perro guía?

-Al principio se le dice el nombre al perro para que te atienda y después le das la orden hablada como gira a la derecha o a la izquierda, busca la parada de autobús o un escalón que tiene que haber. Luego es verdad que muchos de los casos como puede ser gira a la derecha o gira a la izquierda son movimientos que vas haciendo porque vas agarrado al arnés y él va notando en todo momento lo que tú necesitas. También él a través de ese arnés nos transmite cosas, como un peligro si hay un perro o cuando tenemos que recoger las heces. Al fin y al cabo, son transmisiones tanto suyas como nuestras.

-¿Qué características tienen los perros guía?

-Yo diría que están todavía más preparados que cualquier perro que está preparado para hacer su trabajo o su labor como por ejemplo un perro policía o un perro bombero. Los perros guía están todavía más preparados específicamente porque estamos hablando de que lo que está en peligro es la vida de una persona cuando tiene que cruzar la calle si no vienen coches. Tiene que tener una concentración que yo creo que si los otros perros la tienen muy alta, estos tienen la concentración y la educación que han recibido un pelín por encima. De hecho, muchos perros guía que no pasan las pruebas del periodo en el que se están adaptando acaban en otros sitios como perros policía o perros militares, entre otros.

-¿Los perros guía suelen ser de unas razas concretas?

-Normalmente la Escuela del Perro Guía de la ONCE los que más educa, porque está comprobado que son los más fáciles de adiestrar en este sentido y encima son más nobles, son todos los tipos pastor. Por ejemplo, pastor alemán, labrador y golden retriever.

-¿Cómo se hace el adiestramiento y quién se encarga de hacerlo?

-Son perros que nacen en la Escuela del Perro Guía de la ONCE en Madrid, en Boadilla del Monte. Tenemos unos padres genéticamente muy buenos y cuando nacen, se tienen los primeros meses en la escuela y a los 40 días, se les hace una prueba para ver cómo va a ser su comportamiento y ven si ese perro no va a ser agresivo. En el momento en el que se pasa ese control de agresividad, que normalmente se pasa sin problemas, se da a una familia de adopción durante 12 meses. Se exige que sean familias de la Comunidad de Madrid. Cuando cumplen entre 14 o 15 meses, pasan por un periodo en el que ya se encarga de ellos un único instructor, que hace, durante un periodo de entre cuatro y seis meses, una instrucción exclusiva. La instrucción primero es genérica, con aspectos como evitar obstáculos, calcular el espacio que ocupa de ancho el perro y la persona a la que guía, encontrar una calle o subir una escalera. También les enseñan a no ladrar para no molestar cuando entramos en sitios cerrados como puede ser un hospital o estás en una charla, en misa o en el cine. Después, las personas somos muy peculiares y tenemos un paso cuando andamos de velocidad, diferente fuerza en la mano izquierda, una corpulencia diferente y una forma física concreta. Hay varias cosas que nos miden y a partir de ahí, empiezan a educar al perro según las características del usuario. A un perro guía nunca le castigas, le educas a base de premios, nunca de castigos. Todo lo que hace bien se lo premias y lo que hace mal, le dices que no se hace así y lo repites hasta que lo haga bien para poderle premiar.

-¿Qué se hace una vez que al usuario le asignan uno de estos perros?

-Cuando ya te han asignado el perro que creen que es adecuado para ti, pasamos un mes en el que nos ingresan en la residencia de la Escuela del Perro Guía para que creemos un vínculo entre el perro y la persona ciega. Después, con el tiempo, se crea un vínculo tan grande que muchas veces no hace falta ni hablar para que sepa lo que quiero.

-¿También llega un momento en el que estos perros se jubilan? ¿Acabada esa labor, qué se hace con ellos?

-A partir de que tienen diez u once años, se les va notando el cansancio y hay que dejarles descansar. La Escuela del Perro Guía te va diciendo que es momento de que se jubile y disfrute unos años como cualquier otro perro. Podemos solicitar un perro de sustitución y se le quita el arnés, que es la forma de decir que ya no está trabajando como perro guía. Automáticamente, la primera opción que tenemos es quedarnos el usuario con él porque durante todo este tiempo que lo hemos tenido es propiedad de la ONCE y no hemos pagado nada por ellos porque nos lo da por ser persona ciega. Si por ciertas circunstancias el usuario no lo puede tener, hay dos opciones, que es ofrecerlo a una familia de adopción o que se quede en la escuela, que podría tenerlo como en una residencia.

-¿Cómo son estos perros que se pueden adoptar después de haber sido perros guía?

-Son perros mayores, pero bien educados y cariñosos. Les gusta mucho el cariño. La gran mayoría nos los quedamos los usuarios porque si a cualquier perro le coge cariño todo el mundo, a un perro que hace tantas cosas por ti se le coge mucho cariño. Si podemos, nos lo quedamos, ya no como perro guía, pero sí como compañero y amigo.