La añoranza y el recuerdo de los compañeros y amigos protagonizaron en la Plaza Mayor la despedida de la XXIX edición del Festival Internacional de Títeres y Marionetas, que quiso realizar un sentido homenaje a Julio Michel, quien dirigiera durante más de tres décadas el mítico encuentro de marionetas Titirimundi, que cada año tiene su cita en Segovia. Fallecido hace casi un año este homenaje deja entrever que no solo su compañía Libélula ha perdido a uno de sus baluartes, sino que todo el mundo de los títeres lo mantiene vivo en el recuerdo. De hecho, toda esta edición en Zamora ha estado dedicada a su figura y su trabajo con este particular mundo del espectáculo.

Fueron los miembros de la compañía española La Deliciosa Royala los encargados de rendir este homenaje a Michel a través de su obra "Verbena Titiritera", un magnífico fin de fiesta que supieron animar estos músicos callejeros con sus grandes muñecos. El objetivo era bailar, divertirse y recordar la figura del director de "Titirimundi", responsable de dar a conocer este tipo de espectáculos a todos los rincones y públicos. De Segovia al mundo.

Esta última jornada del festival, organizado por el Teatro Principal, se completó con la compañía belga Planjet, que utilizó la plaza del Fresco de escenario para su espectáculo "Las marionetas de Planjet", donde el público pudo disfrutar de uno de los grupos más exitosos de este género, que regresaban a Zamora con una original propuesta de títeres bailarines, elaborados con madera por ellos mismos y que cobraron vida al ritmo de instrumentos tradicionales como la gaita, la zanfona o la flauta y el tamboril.

La también española Zancadillas con "Las aventuras del señor Guiñol", que pasa por mil aventuras tras el robo de un regalo, y El Cau de L'unicorn, que hizo viajar al público que acudió al Teatro Principal a un planeta ubicado en el centro de la Vía Láctea -nombre de la obra- para conocer a seres mágicos, cerraron esta nueva edición.