El presidente en funciones el Silencio, Rufo Martínez de Paz, es el único candidato al cargo en la Cofradía del Silencio que celebra sus comicios el próximo martes, día 15, en el salón de actos de la Junta pro Semana Santa de 19.00 a 21.00 horas.

-¿Qué le mueve a presentarse por tercera vez al cargo?

-Tenemos muchas cosas por hacer, es una tarea que me hace mucha ilusión y creo honestamente que hemos hecho las cosas razonablemente bien. Tenemos una cofradía totalmente tranquila y muchos retos por delante. Tenemos el centenario a la vuelta de la esquina, en 2025, pero hay que preparar las cosas bien, y tenemos por delante la integración de la mujer.

-¿Qué van a hacer tras el ultimátum del obispo que da hasta el verano a las cofradías para permitir el acceso a la mujer?

-Tenemos una indicación muy clara por parte del obispo de la Diócesis que es quien interpreta las disposiciones del Derecho Canónico. Nos lo ha dicho públicamente y no nos queda más camino. La cofradía se fundó en el año 1925 y la sociedad de entones no es la de ahora ni tampoco la ley civil ni canónica era como la actual. Mi opinión es muy clara si no existen limitaciones sociales ni legales, ¡por qué vamos a ser un reducto!

-Sin embargo, los propios hermanos ya hablaron hace diez años. Votaron no al acceso a las mujeres.

-El Silencio no ha estado enfrentado a la autoridad eclesiástica en toda su historia y no lo va a hacer ahora. El obispo tiene facultades para interpretar la ley canónica y su interpretación es está. Lo primero que yo hice como presidente hace diez años fue preparar una adaptación al Estatuto Marco de nuestros estatutos, votarlos, separadamente el tema, y presentarlos al Obispado. Es cierto que no nos los han aprobado y es cierto que entonces cuando se votó, nadie nos dijo que no se pudiera. A mayores, la interpretación de las normas ha cambiado por quien puede interpretarlas. Somos una asociación de fieles que estamos sometidos a la disciplina eclesiástica. No hay votación que valga y el Silencio permitirá la entrada a las mujeres.

-La medida ¿es una imposición?

-Es una indicación expresa y pública. No es una imposición. Hemos tenido las correspondientes reuniones cordiales con el Obispado. Tras las elecciones donde volveré a ser elegido, al ser el único candidato y una vez que sea ratificado por el obispo, convocaré una asamblea extraordinaria informativa, con la antelación que exigen nuestros estatutos, para explicar a los hermanos la situación. Será pronto. No voy a demorar la cuestión.

-¿Cómo se producirá la incorporación?

-Si ahora los varones se inscriben en la cofradía de una manera, igual lo tendrán que hacer las mujeres. No vamos a hacer listas separadas ni ninguna cosa extraña. La incorporación será con igualdad de derecho y de obligaciones.

-¿Accederán a la carga?

-La igualdad es la igualdad en todo.

-El Silencio tienen una lista de espera de, al menos, cuatro años. Al acceder la mujer, sin duda, aumentará considerablemente.

-No sé cuál puede ser la incidencia, pero en la asamblea general ordinaria del próximo año habrá que decidir si se hace o no alguna variación en la lista de espera que afectará a quien esté en la lista, afectará tanto a hombres como a mujeres. Es el lugar donde se abordará porque pasa a ser un asunto ordinario de la cofradía.

-En su segundo mandato el alcalde actual Francisco Guarido declinó realizar la plegaria. En su nueva etapa habrá elecciones y podría cambiar el color político del gobierno municipal.

-No tengo una bola de cristal y no sé qué va a pasar en las municipales de 2019, pero lo que sí es seguro es que el señor Guarido tiene una Semana Santa más por delante de este mandato. Si vuelve a ser alcalde en la siguiente legislatura, ya sabemos lo que hay y si hay otro alcalde, tendríamos que ver. No obstante, creo que la senda que hemos iniciado es buena porque entre nuestras filas hemos tenido tres ofrendas fantásticas desde tres puntos de vista distintos de personas de ámbitos muy diversos que han hecho la plegaria ante el Cristo con el hábito de la cofradía porque son hermanos. Es una cuestión que debemos de valorar en la próxima asamblea general y que los hermanos lo decidan libremente porque tenemos o bien la posibilidad de seguir con el camino abierto o bien volver a lo anterior.

-Los primeros comicios a los que se presentó había disputa entre tres candidatos. La anterior vez y la presente carece de oposición. ¿Qué valoración efectúa?

-Yo creo que no es malo. La Semana Santa era un reducto en el que se votaba cuando en este país no se podía hacer. Cada vez que ha habido problemas y que un presidente o una directiva no lo hacía bien ha surgido una oposición y finalmente ha perdido el cargo. Es algo que se ha repetido de forma matemática a lo largo de la historia. Cuando se hacen las cosas razonablemente bien, aunque el único mérito que tengo es haber elegido a los adecuados directivos que trabajan bien, no ha habido barullos y la gente está conforme con lo que se va haciendo... esa es la única valoración que se puede extraer de que no haya un candidato alternativo.

-¿Pasividad?

-Todo lo contrario. Si hubiéramos incurrido en algún error grave a buen seguro que habría surgido alguna candidatura y si algún día lo hacemos, sin duda, surgirá. En mi tercer mandato cuento con mis actuales directivos tal y como se lo dije a ellos. Habrá alguna incorporación porque se ha producido algunas bajas.

-El centenario de la Real Cofradía está en el horizonte.

-Nosotros tenemos que hacer algo a la altura de la cofradía que hemos heredado y para hacerlo en condiciones hay que prepararlo con tiempo. Tenemos la experiencia de una exposición de diez días que nos dio mucho trabajo, por lo que un centenario hay que gestarlo durante un período más amplio. Un libro de la historia de la cofradía hay que elaborarlo con calma y encargarlo a profesionales que lo hagan con reposo y calidad necesaria. Habrá que hacer una recopilación de fotografías, organizar quizá alguna otra exposición? y está claro que habrá que empezar a hacer una reserva de fondos. Si yo dejo la presidencia dentro de cinco años, porque los hermanos deciden elegir a otro, no puedo dejar al que sea entonces presidente que organice actos por la efeméride en solo año y medio.

-De sus palabras ¿se puede deducir que este podría ser su último mandado al frente del Silencio?

-En el Silencio no hay limitación de mandato. Yo ahora llevo diez años al frente de la cofradía y mientras que Dios me de salud y vayan las cosas bien? por qué no seguir. La limitación siempre la pone el que vota.

-El Cristo se restauró hace unos años, pero la mesa necesitaría una mejora tal y como en alguna asamblea han comentado. ¿Van a actuar en ella a través del convenio con Simancas?

-Por el momento el convenio está en fase de estudio. La Junta pro Semana Santa encargó un informe muy amplio que está terminado y estamos en conversaciones con el Gobierno regional para establecer el convenio. Lógicamente habrá que establecer prioridades y quizá podría tener cabida la mesa del Cristo.

-De cara al VII Congreso Nacional de Cofradías del próximo mes de febrero si se hiciera una procesión extraordinaria ¿el Silencio facilitaría enseres dado que el Cabildo es el titular del Cristo de las Injurias?

-Todavía no sabemos los fondos con los que contamos, por lo que no podemos saber qué eventos podemos organizar. En segundo lugar la magna procesión que se ha hecho en otros congresos no sabemos si se hará en Zamora, pero, si se llegara a hacer, ya veremos qué se saca. No obstante, el Silencio podrá a disposición sus medios, sus bienes, su sede y todo lo que haga falta... pero habrá un comité técnico y de organización que decidirá qué procesiona y cómo.