"Te eliminan la vida así por que sí...", la que tenían por delante. David Alonso y Leticia Rosino Andrés planificaban envejecer juntos, formar su propia familia, con su casa ya hecha en Castrogonzalo, en el mismo pueblo en el que un vecino, un menor de edad, la arrebató la vida a golpes con una piedra de unos cinco kilos. "¿Cómo voy a estar?, destrozado, me quedaría en casa y llorando, pero tengo que luchar no solo por ella, sino por todas vosotras, por todas las mujeres, porque esto le puede pasar a cualquiera", declara este joven de Castrogonzalo, a LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

La fatalidad, el terrible zarpazo, "sin sentido, no había ninguna razón" para la agresión, y nunca para un crimen, ha transformado toda la rabia y la impotencia de David en fuerza. Y clama por una justicia más dura. "¡Es un asesino de 16 años! ¡una mente criminal!, esto que ha hecho no es lógico", manifiesta el joven de 32 años a LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. No puede salir a los 8 años de la cárcel, "la condena es ridícula, no es normal".

Un menor que actuó con alevosía y ensañamiento, cree la Fiscalía de Menores que le investiga por asesinato, después de escuchar cómo confesaba el crimen tres días después de cometerlo, el 6 de mayo, y tras dos días de un arduo trabajo de la Policía Nacional y el Juzgado número 1 de Benavante. El juez de guardia ordenó el internamiento en régimen cerrado del acusado en el centro especial de Zambrana. David tiene marcado a fuego la disposición del acusado a buscar a la joven la tarde noche del jueves, a pesar de que sabía que Leticia ya no volvería con vida, que yacía cerca del río, en el terraplén al que él mismo había lanzado el cadáver tras agredirle brutalmente. "¡Que se sepa!": el adolescente "fue de los primeros en llegar cuando pedía ayuda", pasadas las 18.00 horas, cuando llegó de trabajar y comprobó que la joven no había vuelto del paseo, a pesar de haberse ido hacia las 17.00 horas. Tampoco cogía el móvil, que daba la señal de apagado. ¿Qué le dijo? David solo recuerda que el acusado "tuvo la sangre fría, el valor, de estar delante de mí y decirme "que la vamos a encontrar", no escuché mucho más, ya estaba centrado en organizar la búsqueda"

Para la familia, la condena no será proporcional al daño causado, "con 24 años, como mucho, estará de nuevo fuera, no puede ser, tiene toda una vida por delante". Y duda de que el menor pueda reconducirse, "siempre estaba haciendo de todo, robando..., no va a cambiar".

Con la voz rota por momentos, saca coraje de donde no lo hay, se repone con rapidez para pedir, firme, apoyo a la sociedad "porque los de arriba nunca harán nada si no se lo exigimos, si no les pasa a ellos". Removerá conciencias allí donde pueda, no dejará de intentar "que cambien las leyes, quiero hacer manifestaciones y muchas cosas". David ha perdido a su pilar fundamental, "mi apoyo, y el de su familia". Se refiere constantemente a Lety durante la conversación, a sus cualidades, era "un ser extraordinario, quiero que lo remarques, que se sepa, que la gente conozca quién era, cómo era" la mujer con la que compartía la vida desde hacía cinco años, con la que iba a formar una familia, "habíamos perdido un niño hace tres semanas, pero ella se estaba recuperando para intentarlo de nuevo".

Le cuesta hablar, "me cuesta ver noticias, hablar de esto, estoy roto", agrega en declaraciones a La Opinión-El Correo de Zamora. Y, enseguida, recuerda a la familia de la joven, "si yo estoy así, que soy su novio, imagínate su madre, su padre, su hermano... y él estará fuera en cuatro días". El desgarro se percibe en cada palabra, cada recuerdo que describe el amor y la complicidad que les unía. La amistad de compañeros de trabajo, en Prolácteos en 2011, forjada durante un año, volvió a retomarse doce meses después. Ya no se separaron, "la vida con Lety era..., ¡teníamos todo por delante!, estaba feliz con su trabajo, yo con mi negocio, que cada vez me iba mejor. ¡Teníamos todo, no podíamos tener más!".