El ciclo CulturAlcampus contó esta semana con la visita del doctor José Luis Pardal, quien analizó la influencia del ruido en la salud, desde su especialidad de otorrinolaringología. Este problema, que se remonta a siglos atrás para la humanidad, ha tomado más relevancia en los últimos años debido a la concienciación y a la investigación.

-¿Qué problemas puede acarrear un ruido excesivo?

-La exposición a ruido puede producir patología auditiva y no auditiva. Los efectos auditivos como hipoacusia, sordera de distinta intensidad, o acúfenos, ruidos en el oído, están bien documentados en personas sometidas a ruido laboral; sin embargo, está menos documentada en la exposición a otros tipos de sonido, por ejemplo la música en dispositivos móviles o las actividades de ocio. Los efectos no auditivos son variados y el nivel de evidencia científica es variable. Los expertos establecen efectos bien establecidos con relación a las molestias, efectos en el sueño, en el rendimiento escolar, sobre patologías cardiovasculares como la hipertensión arterial o la cardiopatía isquémica, con enfermedades metabólicas, como la diabetes, o sobre la salud psíquica.

-¿Qué lugares o ambientes hay que evitar?

-Aparte de la exposición laboral a ruido, los estudios se centran en el ruido generado por el tráfico rodado, ferroviario o aéreo, aerogeneradores, actividades de ocio, como música en locales o al aire libre, y la escucha de música a través de dispositivos personales. Por tanto, se deben evitar actividades con niveles de ruido excesivo durante tiempo prolongado.

-Si no queda más remedio que estar en ambientes muy ruidosos, ¿qué medidas hay que tomar?

-Aquí hay expertos cualificados en salud laboral que se ocupan de evaluar el nivel de ruido de la actividad y de recomendar medidas de protección a los trabajadores según su puesto específico. Aparte de medidas sobre la fuente del ruido, como máquinas, sobre las que la ingeniería y la arquitectura ofrecen progresivamente soluciones, están las medidas de protección auditiva individual que facilitan la amortiguación del sonido, como cascos y tapones, o la implantación de otras estrategias, como reducir el tiempo de exposición.

-¿Afecta el ruido de manera diferente según la edad?

-En el adulto depende de si la exposición es aguda o crónica y de la intensidad del sonido. El oído del niño es especialmente sensible al daño por ruido, por lo que debe ser protegido. Probablemente en el niño influye el ruido afectando a sus capacidades cognitivas y de aprendizaje.

-¿Cuáles son los síntomas de alerta para saber que un paciente tiene problemas debido al ruido?

-Frecuentemente al inicio de la exposición los pacientes suelen referir acúfenos que pueden ser reversibles en las primeras exposiciones, pero que, posteriormente, pueden instaurarse de forma permanente y asociarse a pérdida auditiva. En las primeras etapas la pérdida auditiva suele ser asintomática y detectarse al realizar una audiometría exploración para conocer el nivel auditivo.

-¿Es importante hacerse revisiones auditivas periódicas?

-Es importante realizar estudios audiométricos periódicos en general a toda la población, pero sobre todo a las personas más vulnerables y en riesgo de hipoacusia, es decir, personas con problemas infecciosos de vías altas frecuentes, expuestos a ruido, con antecedentes de patología ótica o auditiva, personas con antecedentes familiares de sordera o sometidos a tratamientos médicos que incrementan el riesgo de hipoacusia. En general, recomendamos hacer audiometría anualmente en personas con riesgo.

-¿El ruido es un problema más habitual del siglo XXI?

-Ya en Síbari en el 600 a.C. había normas prohibiendo ciertos trabajos de calderería en la ciudad. Esto nos orienta que donde hay actividad humana hay ruido y el ruido va a cambiar con el tipo de actividad humana. Desde finales del siglo XX lo que sí hay es conciencia sobre la acción contaminante del ruido y sus efectos nocivos, pero no sabría decir si es un problema más habitual. Desde luego, más concienciados si estamos.

-¿Cómo ha evolucionado la medicina en este campo?

-Ante todo, mejorando las técnicas y estrategias de diagnóstico y la información ante patologías que pueden estar relacionadas con el ruido; hay más conocimiento de los mecanismos bioquímicos y celulares relacionados con el daño por ruido y hay expertos en investigación básica que pueden darnos mucha información pero la medicina clínica, a la que me dedico, la veo más como espectadora y, como en otras muchas patologías, recogiendo aquí y allá a los ya dañados.