El adolescente regresó a su casa a la hora de comer. Como muchos días, el padre, apodado "El Pastor" en su pueblo natal, Castrogonzalo, y conocido también como "El Fostrón", le mandó a cuidar las ovejas, al paraje conocido como "La Pedrerina", donde tienen el rebaño, en las inmediaciones del centro de tratamiento de residuos urbanos.

Allí se encontraba con un amigo cuando el padre apareció hacia las 17.00 horas, ya enfadado. Preguntó a su hijo dónde había estado toda la mañana. "En el instituto", contestó el menor. La mentira desató la ira del padre y el menor no pudo evitar que se enfureciera y le reprendiera con firmeza. Y es que el hombre, de 60 años, acababa de recibir una llamada del centro educativo para comunicarle que su hijo había salido del instituto a las 11.00 horas durante el recreo y no había regresado a clase.

E. P.

La escena tiene lugar las inmediaciones del lugar donde el menor de 16 años terminaría asesinando a la joven Leticia Rosino Andrés, de 33 años y vecina de esa localidad. Allí se sentó, en la acera de las instalaciones, mientras su padre, de iniciales J.A.A.C., abandonaba "La Pedrerina" para irse a tomar el café, un coñac y fumarse un cigarrillo, una de sus costumbres después de comer, según ha logrado averiguar LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

De ese momento dejan constancia las cámaras del establecimiento hostelero al que acudió, donde la Guardia Civil pudo observarle haciendo justamente lo que había declarado cuando fue interrogado el viernes, día 4, horas después de que los agentes hallaran el cuerpo sin vida de Leticia al final del terraplén que hay detrás de la planta de residuos, en el lugar al que le lanzó su hijo después de agredirla brutalmente con piedras, hasta causarle la muerte, a pesar de los intentos de la víctima por huir, deshacerse del menor, sin lograrlo.

"El Pastor", de quien los vecinos dicen que "es de esas personas que él en su casa y nosotros en la nuestra", no volvería a "La Pedrerina" hasta las 18.00 horas, aproximadamente, para coger el tractor y dirigirse a sus tierras para trabajar. Su hijo continuaba en ese paraje, según ha podido saber La Opinión-El Correo de Zamora, al parecer, sin que su padre apreciara ninguna actitud extraña. Lo cierto es que "a unos cien metros" del chaval yacía el cadáver de la joven Leticia, química que trabajaba en Lácteas Cobreros, en una zona que resulta de difícil acceso, oculta a la vista desde el camino por el que paseaba la víctima cuando fue sorprendida por el adolescente. El padre regresó a casa hacia las 20.00 horas del trabajo, "para hacer la cena, como era lo habitual" desde que su pareja y madre del acusado del asesinato de Leticia y de su hermano, que cumplirá pronto los 18 años.

El menor investigado por el crimen, del que confesó ser responsable el domingo ante la fiscal de Menores, llegó más tarde, hacia las 21.00 horas. "Cenó y se fue, parece que a incorporarse al grupo de vecinos que buscaba a la joven" desde una hora antes, de acuerdo con los datos recabados por La Opinión-El Correo de Zamora. Para entonces, la Guardia Civil ya rastreaba la zona en busca de la mujer, sin ningún éxito. El autor del crimen no estuvo de vuelta hasta las 00.00 horas.

Leticia fue hallada cerca del basurero aproximadamente a la una de la madrugada, cerca de Lácteas Cobreros, donde trabajaba como química. Allí, contra una pared, había restos de sangre que localizaron los ciudadanos que buscaban a su amiga y vecina, según testigos. Esos restos fueron los que condujeron a la Guardia Civil hasta la joven muerta.

Leticia había salido a caminar hacia las 17.00 horas por la zona del río Esla. En las inmediaciones existe un camino asfaltado que los vecinos utilizan para pasear, ir en bici, incluso por el que circulan vehículos con frecuencia. Leticia tuvo el infortunio de que nadie decidiera coger aquel camino el 3 de mayo, cuando su vecino desde hacia casi dos años se cruzó en su camino para acabar con su vida.

Las sospechas recayeron enseguida en "El Pastor" y en su hijo. Alguien les había visto en el lugar de los hechos a la misma hora en la que la joven tabaresa se fue a caminar. El carácter "un poco conflictivo" del menor, confirmado por vecinos y el propio alcalde de Castrogonzalo, Joaquín García, similar al del padre, con un pasado un tanto turbio, les colocó en el punto de mira de la Guardia Civil.

Los dos estuvieron detenidos desde el día 4, el hijo acusó a su padre, que quedó libre sin cargos un día después, cuando se reunieron suficientes indicios de que el menor estuvo implicado en el asesinato. Pasó a ser el único sospechoso, había indicios de su implicación. El domingo confesó que abordó a Leticia en el camino, la increpó y la tiró una piedra que fue a darle en la cabeza, ella logró huir. La ira del menor fue creciendo hasta que la mató a golpes en la cabeza con piedras hasta desfigurarle la cara y causarle heridas gravísimas en el cráneo.

Aunque el adolescente lo niega, no se descarta que intentara una agresión sexual contra la que la joven se habría defendido, ya que el cuerpo apareció desnudo de cintura para abajo, sin sus leguin y ni su ropa interior.