El adolescente de 16 años acusado por la Fiscalía de Menores del asesinato de Leticia Rosino Andrés el 3 de mayo en Castrogonzalo, donde ambos residían, tendrá que ser juzgado en nueve meses, a primeros de 2019, según ha podido saber LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Ese es el plazo máximo que la Ley del Menor permite mantener al investigado recluido en régimen cerrado de forma preventiva en el centro especial de Zambrana, donde ingresó en la tarde del domingo, tras confesar ser el autor del crimen y ofrecer su versión de los hechos en presencia del abogado de oficio que se designó al adolescente y ante la fiscal de Menores, que pidió su internamiento en régimen cerrado al juez. La orden llegó a las 14.30 horas del titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Zamora que estaba de guardia el domingo. Al parecer, el juez de Menores se personó también en el Palacio de Justicia para estar al tanto de todos los trámites.

El menor, que puede ser condenado hasta a 8 años de prisión y otros cinco de libertad vigilada tras cumplir la pena, podrá permanecer en el centro de internamiento de menores de Zambrana hasta cumplir los 21 años, después tendría que pasar a una prisión para penados mayores de edad, siempre que el magistrado de Menores considere que no está rehabilitado para poder incorporarse a la sociedad.

En tal decisión tiene un peso decisivo la valoración de los equipos multidisciplinares de Zambrana, que emiten informes periódicos sobre le evolución de la conducta del menor recluido. En base a estas valoraciones, se decide si el adolescente puede o no tener acceso a permisos de fin de semana o no.

El Juzgado de Menores está a la espera de recibir todas las diligencias que se han practicado desde la Guardia Civil, que ha intervenido en la investigación, del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Benavente que llevó las primeras diligencias y descartó la implicación del padre del menor en el asesinato, a quien el adolescente había denunciado en las primeras horas tras la aparición del cadáver de la joven, hacia la 1.00 horas del viernes, y hasta la tarde del sábado.

La confesión del asesinato por parte del adolescente permite agilizar las instrucción que abrió la Fiscalía de Menores, competente en la investigación por la edad que tiene el acusado, cuya conclusión estaría ya solo pendiente del informe completo de los médicos forenses que realizaron la autopsia del cadáver de la joven de 33 años, con el que se podrán atar los cabos sueltos que puedan quedar sobre cómo se sucedieron las tres agresiones con piedras que pusieron fin a su vida al causarle heridas mortales en el cráneo y el rostro, de acuerdo con la información a la que ha tenido acceso La Opinión-El Correo de Zamora.

La coartada del adolescente se vino abajo por las múltiples contradicciones en las que incurrió en su relato, cuando declaró ante la Guardia Civil, primero, y ante la juez, después, para relatar lo que sabía de lo sucedido al pie de la planta de tratamiento de residuos urbanos de Castrogonzalo donde asesinó a golpes, con piedras, a Leticia, en una zona próxima al paseo del río Esla, donde la joven solía acudir cada día a pasear. Y donde se cruzaba habitualmente con vecinas del pueblo, declaraba alguna al conocer el trágico final de Leticia, una joven de Tábara, que había llegado a Castrogonzalo a vivir con su pareja, natural de esa localidad, hacía casi dos años. La fatalidad quiso que ese 3 de mayo, entre las 17.00 y las 18.00 horas, cuando la joven fue a dar su paseo vespertino se topara con el adolescente que se arrojó sobre ella y acabó con su vida con alevosía y ensañamiento, de acuerdo con la acusación de Fiscalía.