Cuando hacia las doce y media de la madrugada Santiago Fresno recibió un Whatsapp pensaba que era una broma pesada. "Leticia ha desaparecido" venían a comunicarle. "Pensé, esto no es real". Pero lamentablemente el falso mosqueo duró un instante. Era una dolorosa evidencia que media hora después se tornó en tragedia. Leticia Rosino Andrés, 33 primaveras recién cumplidas el pasado enero, la joven tabaresa "colaboradora y servicial" había sido hallada muerta en Castrogonzalo con signos de violencia.

Fueron unos jóvenes de Tábara, amigos de Leticia, quienes divisaron el cuerpo de la joven durante la desesperada localización en la madrugada del jueves al viernes. Un grupo de ellos se había desplazado hasta Castrogonzalo para colaborar en su búsqueda una vez que la confirmación de la desaparición de Leticia corrió como la pólvora por las redes sociales.

Ayer Tábara vivía una inquietante cotidianidad. Los peregrinos deambulaban por el pueblo, ajenos a un suceso tristísimo que el Ayuntamiento se encargó de visualizar con la colocación de las banderas a media asta y el crespón negro. Era el signo evidente de un pueblo golpeado por la vileza de un acto incomprensible que ayer todavía intentaban digerir los vecinos. "Y luego que no se merecen algunos la cadena perpetua, esto no se puede aguantar. Quien lo haya hecho que lo pague y no salga nunca de la cárcel" expresaba un vecino desde el anonimato.

"Cuando ocurre una desgracia y se va una persona tiendes a decir lo buena que era, pero es que en este caso es verdad. Con Leticia te podrías quedar muy corto; era una chica estupenda, colaboradora, trabajadora, ilusionada con la vida...". El alcalde de Tábara, José Ramos, no ahorra calificativos hacia esta joven vecina siempre dispuesta a colaborar con el Ayuntamiento las actividades culturales y las fiestas de Tábara.

"Decoraba las carrozas de la cabalgata, ensayaba con los chicos, preparaba el Auto de los Reyes Magos, organizaba concursos de dibujo con los niños, muy activa en las fiestas... Siempre podías contar con ella, la vamos a echar muchísimo de menos" evocaba un emocionado alcalde a las puertas del Ayuntamiento mientras estaba pendiente de las noticias que se iban sucediendo sobre las circunstancias de la muerte.

En la plaza se sucedían los corrillos y el silencio respetuoso. A escasos metros, en la travesía de la carretera y muy cerquita de la iglesia de Santa María, el supermercado de la familia de la joven estaba cerrado a cal y canto. En la vivienda adyacente era incesante la entrada y salida de personas para acompañar a una familia completamente destrozada.

Sus padres, Antonio Rosino (de Tábara) y Inma Andrés (de Sesnández), su hermano Antonio que se encargaba del negocio del supermercado. En Tábara trabajaba también la pareja de Leticia, David, en el almacén de bebidas del negocio familiar. El jueves por la tarde, había estado repartiendo en el propio pueblo. Se le vio en el bar de la Plaza, al lado del Ayuntamiento, a donde había ido a descargar las bebidas. Todo muy normal.

Hasta que hacia las once de la noche empezó a correr por las redes sociales la fotografía de Leticia desaparecida. A su tío Santiago Fresno, juez de paz y otro activo dinamizador del pueblo en muchas actividades junto a su sobrina, el golpe le pilló el León. Ayer llegaba a Tábara hundido, ya con las noticias de un sospechoso como posible autor del vil asesinato. "Estas cosas las ves en televisión y piensas que nunca van a pasar aquí" comentaba Santiago Fresno con el alcalde, José Ramos, los dos rotos y emocionados cuando se encontraron en la plaza. "Estuve con ella el fin de semana, cuando iba de paseo con su madre, porque eran mucho de salir de paseo", evocaba el máximo representante municipal.

Además de a su sobrina, Santi Fresno pierde a una colaboradora incondicional e incansable. "Hicimos juntos las carrozas, las montábamos entre los dos, también el teatro. Ahora estamos con la obra de los niños y me dijo: tío llámame para lo que necesites. Y ya ves, esto es increíble, increíble. Era pura vitalidad".

"Tanto estudio y tanto sacrifico para qué" expresaba con rabia otro familiar de la joven después de acudir a dar las condolencias a los suyos. "Están hundidos" acertaba a decir el señor sobre los padres, completamente abatido.

La ausencia de Leticia se deja notar en un pueblo pequeño, donde se hace tan necesaria la implicación de personas dinamizadoras. A pesar de sus obligadas ausencias por los estudios -de ingeniería agroalimentaria- o los dos años que pasó en Inglaterra, la joven tabaresa nunca perdió los vínculos con el pueblo. Tras colocarse en una industria láctea, vivía en Castrogonzalo con su pareja. Cuentan los suyos que Leticia y David se acaban de hacer una casa y que la iban a inaugurar este fin de semana.

Pero todo se quebró en la madrugada del jueves al viernes, cuando apareció el cuerpo de la joven. Desde ayer el Ayuntamiento de Tábara esta de luto oficial. Tres días, hasta el domingo, cuando se convocado una concentración de apoyo a la familia de Leticia Rosino Andrés, a las 12.30 horas en la Plaza del Ayuntamiento.