Inspectores, profesores, pedagogos, secretarios, todos ellos son necesarios para el correcto funcionamiento del sistema educativo. Un complejo engranaje cuya puesta a punto diaria precisa de la coordinación de todas las partes implicadas, abordadas ayer en la mesa redonda celebrada en el Campus Viriato y moderada por Luis González Rodero. Con motivo del ciclo "La aventura de ser maestro", siete profesionales docentes de distintos centros de la capital y de la provincia acercaron a los profesores ya jubilados y a los futuros profesionales de la enseñanza sus quehaceres diarios así como las particularidades de los centros donde desempeñan su labor.

Un oficio, el de profesor, "apasionante", en palabras de María Teresa Pérez Martín, jefa del área de Inspección de Zamora, pero también "exigente" desde el primer momento ya que requiere un "aprendizaje permanente". Durante su intervención, la primera de la tarde, Pérez Martín ahondó en la labor del inspector, una figura menos conocida pese a que se remonta a tiempos de Felipe II y a sus "visitadores", hombres de confianza del rey quienes velaban por el cumplimiento de las normas en las aulas. Pese a que ahora su ejecución se rige por mandato constitucional y normativas de menor rango, las funciones de los diez inspectores de Zamora continúan centrándose en el "control, la supervisión y el asesoramiento" para garantizar el cumplimiento de las distintas leyes y líneas de actuación, como las acciones bilingües de los centros como el CEIP Obispo Nieto.

Su director, Julio Rodríguez, hizo hincapié en las particularidades del colegio, "pequeño pero muy nutrido" ya que cuenta con 211 alumnos distribuidos en tres unidades de Educación Infantil y seis de Primaria. Rodríguez destacó su plan de lectura, diseñado con el objetivo de que leer sea "una fuente de placer", así como la certificación TIC nivel 5 gracias a su aplicación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación en el aula pese a su constante avance: "Tenemos PDI -Pizarras Digitales Interactivas- en todas las aulas y una sala de ordenadores, pero los niños ya no buscan el teclado o el ratón sino que ya van directos con el dedo a la pantalla, van mucho más avanzados que nosotros", reconocía.

Frente a los servicios que ofrece un centro urbano como el CEIP Obispo Nieto, María Luisa Pastor Sánchez, directora del CRA de Gema defendió las ventajas de un Colegio Rural Agrupado como el que dirige desde el presente curso escolar, el CRA de Gema. La atención individualizada del alumnado, la adquisición de responsabilidades por parte de los mayores o la cercanía en el trato familiar son algunos de los puntos a favor de este tipo de colegios "cuyos pasillos son las carreteras", señaló.

Por su parte, Marta Guadalupe Martín dio a conocer el cambio metodológico en el colegio concertado María Inmaculada desde que la Fundación Trilema tomó las riendas el pasado 1 de septiembre. Un cambio que abarca multitud de aspectos que van siendo mejorados de forma simultánea como un cubo de Rubik: "Hay que mover todas las caras, no hacer solo un color porque si no, luego se deshace", ejemplificaba.

En representación del IES María de Molina, su director Carlos Pérez y su secretaria Rocío Ferrero detallaron las funciones de su día a día necesarios para poner en marcha un "mastodonte" de la Educación que ofrece estudios diurnos, nocturnos, a distancia o de excelencia, entre otros, mientras que María Dolores Velasco, profesora de Pedagogía Terapéutica expuso el Plan de Atención a la Diversidad llevado a cabo en el CEIP Alejandro Casona donde el 24% del alumnado es gitano.