Le dijeron: "Es un vino pleno". Y el ingenio de Javier Garduño hizo el resto. Le puso nombre, creó la marca y la imagen y desde entonces, la lluvia de reconocimientos no ha parado. El último: la nominación a los premios Laus. El diseño para el vino "Strike" realizado por el creativo zamorano opta a los célebres galardones que cada año entrega la Asociación de Diseñadores Gráficos y Directores de Arte.

La 48º edición de la gala tendrá lugar el próximo 8 de junio en el Museo del Disseny de Barcelona, ciudad condal donde recibió la noticia. "Estaba en la feria Alimentaria, llegué cansadísimo al hotel sin ganas de hacer nada y lo único que quería era escuchar Chambao en el ordenador. Me llegó un correo: "Estimado Javier, tu trabajo ha sido seleccionado, optas a un premio Laus". En ese momento estaba solo en el apartamento y empecé a gritar por la ventana", recuerda entusiasmado.

Lo cierto es que no es nuevo en estos menesteres. En 2014, fue nominado por primera vez por el diseño que realizó para los vinos de la bodega de Castromendi. Fue llegar y besar el santo: se llevó un bronce y no por la suerte del novato. La forma de las botellas o el troquelado de las etiquetas fueron algunos detalles valorados por el jurado.

Desde entonces, todos los años presenta alguno de sus trabajos a la convocatoria anual. "Los premios son nuestra publicidad, por eso nos presentamos a todos los que podemos. Son una publicidad además con un plus de garantía", explica. Y es que desde que obtuvo el tercer premio en 2014, ha pasado de trabajar a nivel provincial y regional a recibir encargos de todo el mundo. "Supuso un antes y un después en mi estudio, ahora mismo tenemos un trabajo de Holanda y dos de Nueva York, entre otros", detalla.

Su laboratorio de ideas de La Hiniesta se transformó en una bolera. Sobre la pista: un vino sin identidad. Su amigo y cliente Conrado Gajate tenía unas viñas en Lumbrales, en las Arribes del Duero de Salamanca. En un viaje, conoció al joven enólogo toresano Kiko Calvo, primo de Garduño. Hicieron buenas migas y entre los tres decidieron elaborar un vino. Uno tenía el producto, otro los conocimientos y otro las ideas. Dios los cría y ellos se juntan. Le dejaron libertad creativa absoluta, le dijeron: "Invéntate el nombre e invéntate todo". Cuando lo probó, Conrado solamente dijo: "Es un vino pleno". Eureka. Una sola palabra bastó para dar rienda suelta a su imaginación. "Nos gustan mucho los juegos de palabras. Hacer un producto bonito porque sí es lo más fácil del mundo, en internet tienes miles, hasta puedes comprar por 100 euros un diseño de etiqueta precioso. Pero claro, igual que pone Pepa puede poner Juana, no tiene personalidad. A nosotros lo que nos gusta mucho es darle alma al proyecto. Entonces, bajo el concepto de un vino "pleno", decidimos coger la acepción del diccionario en relación al juego, lo que en bolos se llama un "strike". Y qué mejor manera que coger un vino y hacer la alegoría de que fuera un bolo, era un concepto redondo", relata. Encontraron un montón de dificultades para pintar la botella de blanco y colocarle dos líneas rojas sobre los "hombros", por lo que al final optaron por recubrirla con una fina película de plástico blanco aplicada con calor y lacrarla también en blanco. El resultado: el minimalista calco de un bolo con otro guiño más, las letras de la palabra "strike" dispuestas en la misma posición triangular que los bolos en las boleras. En otras palabras, un objeto de deseo. "Sabíamos que la botella iba a ser objeto de deseo o para regalo. Muchísima gente nos dice que ha comprado el vino, le preguntamos que qué tal y nos dicen que no lo han probado, que lo tienen puesto por ahí", cuenta entre risas.

De hecho, el alabado diseño ya ha sido objeto de reconocimiento en otros certámenes. Ganó el Liderpack y fue finalista en los IPA Awards en 2017. Con veinte años de trayectoria profesional en el mundo de la publicidad, es consciente de que lo importante es participar. Pero, puestos a jugar, quiere puntuar. "Ya solo estar ahí en la gala de los premios Laus con la flor y nata del diseño español es un regalo y voy a disfrutar, pero ya que estoy ahí, voy con la intención de ganar", avisa.