En Tecozam Javier Rubio y otras compañeras han podido descubrir, de la mano de su gerente, Iván Gómez, cómo funciona esta empresa de estructuras con proyección internacional. "Vimos los departamentos y las instalaciones de la empresa, además del taller", resume este alumno dispuesto a estudiar administración y dirección de empresas (ADE) y derecho, ya que, después de esta experiencia, está más que interesado "en la dirección administrativa y financiera".

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Empresas como Gaza, Sanigest o Tecozam son solo algunos ejemplos de las compañías que se han unido a este proyecto educativo, que también se ha extendido más allá de las fronteras de la provincia. De hecho, algunos de los participantes han podido tener su experiencia laboral en otra ciudad, como el caso de un estudiante cuya vocación es ser profesor de filosofía y disfrutó de una jornada en la facultad de la Universidad de Salamanca. En el Campus Viriato también pasó su día otro alumno que quiere dedicarse a la creación de videojuegos, por lo que se acercó a la Escuela Superior Politécnica de Zamora.

A este grupo se han sumado también instituciones como el Sacyl -con una estudiante que quería ser psicóloga clínica, por lo que pasó una jornada en el Hospital Provincial-, la propia Junta de Castilla y León, con un joven interesado en la prevención de riesgos; los juzgados, que han acogido a muchos futuros abogados y opositores; o incluso el Ayuntamiento, que abrió sus puertas a una alumna que quiere encaminar su futuro al trabajo social, por lo que participó en las actividades de uno de los CEAS de la capital.

"Todas ellas han sido muy receptivas y han colaborado, intentando darles a los chicos la formación necesaria y más práctica posible dentro de las diversas actividades profesionales y del tiempo del que disponían", subraya Menchu Hidalgo sobre las empresas colaboradoras.

Por otra parte, destaca la profesora que esta experiencia sirve para "pulir" vocaciones. "Algunos quieren ser abogados pero quizá son demasiado introvertidos o tienen una percepción equivocada de la profesión, fruto de las películas americanas, que poco tienen que ver con el sistema jurídico español. Así que es mejor que todas las dudas se las pueda resolver un profesional y que ellos mismos vivan el día a día de este trabajo, lo más bonito, pero también lo menos divertido y monótono", describe como ejemplo.

Esta original manera de "poner cara" a la realidad laboral ha sido todo un éxito, pero también un gran desgaste para las promotoras, aunque el intenso trabajo se olvida, como ellas mismas reconocen, cuando llegan los alumnos con una gran sonrisa tras sus prácticas, pidiéndoles que no dejen de hacer este proyecto. "Los estudiantes están encantados y, aunque es algo complicado de realizar, viendo su utilidad, tendrá continuidad", vaticinan.