La crisis que comenzó hace diez años, las fusiones que desde hace tiempo realizan los bancos, la pérdida de población de los pueblos o el proceso de transformación digital que experimentan los bancos. Alguna de ellas, o todas en conjunto, son las causantes de la galopante pérdida de sucursales bancarias que experimenta la provincia de Zamora. El Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), que ha realizado un análisis detallado por provincias, pone cifras a una situación que se ha convertido en un serio problema para los habitantes de muchas localidades. De los 248 municipios que componen la provincia de Zamora, 190 no tienen sucursal bancaria -esto es, el 76% de los pueblos-. En ellos residen un total de cerca de 47.000 personas, un cuarto de la población de la provincia. Ciudadanos que tienen que esperar a las sucursales móviles de las entidades de crédito -que pueden pasar una vez por semana- o que se ven obligados a coger el coche para realizar trámites financieros. En ninguna provincia del país hay tal porcentaje de gente sin acceso a una oficina financiera cerca de casa.

Es un situación que afecta principalmente a los vecinos del medio rural. Aunque en la capital la situación también se ha dejado ver -los procesos de fusión se han traducido en cierre de oficinas, siendo el caso más notorio en el Caja EspañaDuero tras su absorción por parte de Unicaja Banco- los vecinos de Zamora tienen más opciones y, en casos extremos, el problema se soluciona con un cambio de entidad. En los pueblos el cierre de una oficina deja sin contacto diario con el mundo financiero a los vecinos que ahí residen, lo que conlleva enormes dificultades teniendo en cuenta que se trata, en muchos casos, de personas mayores que no se manejan con las nuevas tecnologías.

Zamora tiene, a fecha de cierre de 2017 y según la misma fuente, 183 oficinas financieras abiertas al público. En el año 2008, en el comienzo de la crisis financiera que ha dado un vuelco a la tendencia que llevaba el sector, había 256 sucursales. La diferencia, de 73 oficinas en menos de una década, viene a decir que (casi) una de cada tres sucursales bancarias han echado el cierre en este periodo. Es un dato alto, aunque está por debajo de la media nacional, donde en idéntico periodo han dejado de operar el 40% de las oficinas bancarias. En provincias como Valencia o Zaragoza el porcentaje roza el 50%.