Pese a los alentadores datos de la última Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes), la "feminización" del alcoholismo y el reconocimiento de la drododependencia en las mujeres preocupa a Esperanza Vázquez Boyero, directora general de la Mujer y del Comisionado Regional para la Droga de la Junta de Castilla y León que ayer participó en la Reunión Interprovincial de Asociaciones de Alcohólicos Rehabilitados de Castilla y León celebrada en el Colegio Universitario.

- Parece que cuando se habla de alcohol no se acaba de asociar a una droga.

-El problema radica en que el alcohol es la sustancia más socialmente aceptada pese a que también sea una droga. Por eso desde el Comisionado Regional para la Droga el alcohol es la sustancia junto con el tabaco sobre la que más se ha trabajado porque es una lacra. Estamos hablando del consumo con mayor prevalencia en jóvenes y adolescentes, por eso las asociaciones de Castilla y León a través de Farcal trabajan muy duro. Son colectivos muy vulnerables y su consumo puede acarrear riesgo para otras sustancias además de las consecuencias graves que conlleva para su entorno.

- ¿Es la puerta de entrada a otras drogas?

-Efectivamente. El propio consumo del alcohol creado adicción conlleva a problemas futuros en el entorno familiar o en la vida profesional de estos jóvenes. Pero a tenor de la última encuesta Estudes de jóvenes de 14 a 18 años, los datos son esperanzadores. No podemos decir exitosos porque en el momento que hay un porcentaje de consumo de riesgo hay que seguir trabajando, pero se aprecia una tendencia descendente en el consumo de alcohol, sobre todo en los fines de semana y en los atracones, que es el que más nos preocupa. Un dato muy importante es que en el 2008, hace apenas diez años, un 56% consumía en atracón y ahora la estadística está en 36%, es decir, hay veinte puntos menos. En cuanto al consumo en fin de semana, hace diez años se consumía un 36% y en la actualidad es un 20%.

- No obstante, acaba de concluir la Semana Santa y, pese a la polémica, un año más se celebró el botellón de Jueves Santo aquí en Zamora.

-Todos seguimos viendo este tipo de concentraciones. Pero ahora tenemos un convenio con las corporaciones locales, que son las competentes para tomar medidas en relación con esas concentraciones, y estamos avanzando. Se elaboró una guía conjunta de actuación para reducir el consumo del alcohol y está habiendo actuaciones de prevención incluso de reducción de los daños precisamente cuando hay estas concentraciones. Estamos hablando por ejemplo de conducir sin beber y a través de los Cuerpos y las Fuerzas de Seguridad se están haciendo campañas para que los menores no beban. También hay un programa, llamado Quirón, que precisamente está dirigido a jóvenes que ya han tenido problemas con alcohol. Un ejemplo en el que fijarnos lo tenemos en el tabaco. El tabaco está descendiendo paulatinamente y está prohibido en determinadas vías públicas. Tenemos que trabajar con alianzas comunitarias porque no es solo cosa de las administraciones sino que es un convencimiento de la sociedad. Debemos de ir sensibilizando y los medios de comunicación también jugáis un papel muy importante para decir que el alcohol es adictivo y conlleva muchos riesgos. A la vista está que hay muchos ejemplos de vidas que se han arruinado por su consumo y entre todos tenemos que sensibilizar y concienciar a la sociedad que el alcohol es un consumo de riesgo y entre menores todavía se acentúa muchísimo más.

- ¿La edad de inicio sigue adelantándose?

-No, todo lo contrario. En los últimos años la edad de comienzo era de 13 o 13,5 años y las últimas estadísticas hablan de los 14 años. Aunque para mí sigue siendo una edad totalmente temprana, los jóvenes de 14 años son colectivos totalmente vulnerables y como está establecido legalmente, el consumo para menores de edad debe ser cero. Hay que tener tolerancia cero.

- El alcoholismo también se está feminizando. ¿Por qué?

-Efectivamente, se está igualando el consumo entre las mujeres y los hombres jóvenes. Caminamos hacia la igualdad y esas prevalencias de consumo entre los jóvenes se están equiparando. Debemos de tratarlo en igualdad de condiciones, pero lo que más nos preocupa es el reconocimiento del problema de la drogodependencia con las mujeres. Tal y como está hoy en día la sociedad y los estereotipos que perviven sobre las mujeres, el reconocimiento de un problema con cualquier sustancia es más difícil en la mujer que en el hombre por el entorno que tiene alrededor de ella de no aceptar el qué dirán o el estar mal visto que una mujer pueda tener adicciones, es un problema que está todavía bastante oculto. A las asociaciones y entidades acuden a pedir ayuda mucho más el sector masculino que el femenino.

- Al margen de las actuaciones preventivas... ¿también se trabaja a posteriori con los alcohólicos rehabilitados para evitar recaídas?

-La Junta de Castilla y León colabora estrechamente con asociaciones de alcohólicos rehabilitados para el apoyo terapéutico en todas las edades. En el programa Quirón que estamos poniendo en marcha, los jóvenes que ya han sufrido y superado sus problemas con el alcohol se relacionan con otros jóvenes que han acudido a pedir ayuda en su tratamiento terapéutico y evitar recaídas. También hay un programa muy interesante con los hijos e hijas de padres que han tenido problemas con el alcohol porque las estadísticas avalan que en un entorno familiar con problemas de consumo de alcohol, hay muchas probabilidades de que los hijos puedan ir por el mismo camino.