Tiene más en común un zamorano con un onubense y con un gaditano que con un palentino o un soriano. Aunque poca gente lo diría, esta es una de las conclusiones que se extraen del estudio "Patrones de diferenciación genética y huellas de migraciones históricas en la Península Ibérica" que se ha desarrollado por los responsables de los estudios genéticos de la Universidad de Oxford y de la de Santiago de Compostela. El resultado del informe, para el que se ha estudiado la huella genética de cerca de mil quinientas personas de todas las provincias del país, muestra un mapa de España que está claramente dividido en franjas verticales. El detalle de este estudio no tiene precedentes por lo que refiere a España. Una conclusión es que Asturias, León, Zamora, Salamanca, Cáceres, Badajoz, Huelva y Cádiz, territorios que en su mayor parte vienen a coincidir con el antiguo Reino de León, tienen una impronta genética muy similar.

Los impulsores del estudio explican esta situación en los movimientos de población que se llevaron a cabo durante la Reconquista, movimientos que se desarrollaron de norte a sur y no de este a oeste -por norma general-. Mucho tienen que ver los genes diferenciados entre los distintos pueblos de España con las zonas de extensión de las antiguas lenguas medievales -cinco- que tienen estrecha relación con los reinos que poblaron la Península Ibérica. Los avances del leonés por la actual España y los de los genes que hoy en día tienen los zamoranos son avances parejos.

El mapa, con todo, muestra que no puede hablarse solo de una Reconquista. Iniciadas por los astures, leoneses, castellanos, aragoneses y catalanes, la huella genética de aquellos tiempos se extiende hasta la actualidad. Así, la situación es curiosa. Un zamorano tiene mucho que ver, genéticamente hablando, con una persona nacida en la provincia de Huelva pero su parecido genético con otro español que vino al mundo en el interior de la provincia de Ourense, vecina de Zamora, es prácticamente inexistente. Galicia es precisamente, junto con el País Vasco y Navarra, una de las zonas de España con mayor aislamiento genético. No se encuentran los genes de los gallegos más allá de las fronteras de la actual comunidad autónoma. Algo similar pasa con los vascos. Su huella se extiende, además de los territorios de influencia directa, por el este de Cantabria, La Rioja, las provincias de Soria y Burgos y el este de Aragón. Poco más.

Que las "fronteras lingüísticas" de hace siglos explican buena parte del mapa genético de la España actual es un hecho, pero también aparecen en el estudio sorprendentes revelaciones sobre las zonas con mayor ADN procedente de los países del norte de África, principalmente desde Marruecos. Sorprendentemente, la mayor presencia de estos genes no se da directamente en los zonas que están más próximas a este territorio -Andalucía y Murcia- ni siquiera en aquellas zonas que tienen una dominación musulmana más extensa.

En Andalucía el rastro del ADN norteafricano se da en tres puntos fundamentales: el entorno de Sevilla, el de Granada y en la franja de Huelva que hace frontera con Portugal. Desde ahí se inicia una línea ascendente por toda La Raya que se alarga hasta Galicia donde, y esto llama la atención, se da la mayor presencia de genes del norte de África de toda España. Los autores del estudio encuentran la historia detrás de estos datos en los movimientos migratorios que se han desarrollado entre Galicia y Portugal, muy posteriores a la dominación musulmana de la Península Ibérica.

Este mapa pasa, lógicamente, por Zamora. Los mapas del estudio de las universidades de Oxford y de los investigadores de Santiago de Compostela indica que hay mayor presencia de genes africanos en las zonas de Zamora más cercanas a Portugal que en los municipios que están ubicados más cerca de la provincia de Valladolid. La presencia de estos genes está lógicamente muy vinculada a la presencia musulmana en la Península Ibérica y confirma lo que ya se sabía, que la mezcla de razas fue tan intensa y evidente que forma parte del ADN de los españoles. A mayor presencia musulmana, más mezcla. Solo la parte de España que hace frontera con Francia registra una presencia de genes africanos más testimonial. Tampoco abundan en Aragón, este de Castilla-La Mancha y norte de la Comunidad Valenciana , así como en las islas Baleares.

En definitiva, explican los autores, puede concluirse que "el ADN de los españoles cuenta la historia de "un turbulento pasado medieval".