El uso de Internet y las redes sociales puede facilitar que se vulnere la intimidad y confidencialidad de pacientes y profesionales, debido a la facilidad para difundir imágenes y comentarios que pueden saaltarse la deontología de médicos o enfermeras. Fue uno de los asuntos abordados en el VI Encuentro de las Comisiones Deontológicas de Enfermería de Castilla y León, celebrado recientemente en el Colegio de Farmacéuticos de Zamora con la participación de expertos en distintas disciplinas.

La presidenta de la Comisión Deontológica del Colegio de Enfermería de Zamora, Isabel Tomé explica que este órgano asesor lleva funcionando desde hace seis años, aunque es poco conocido y suele tratar pocos casos. "A veces, en una ciudad pequeña como esta, hay pacientes que sospechan de que puede haber profesionales que difunden datos confidenciales. Con este asunto hay que tener mucho cuidado, porque si un profesional da una información confidencial a otra persona, aunque sea en un ambiente también de confianza, no sabe el uso que se va a dar de esa información. Por eso es importante mantener la confidencialidad incluso con familiares y amigos. Y lo mismo ocurre con las imágenes o comentarios en redes sociales; hay que tener mucho cuidado con la intimidad y la confidencialidad", explicaba Tomé.

Uno de los expertos que intervino fue el doctor Tomás Casado, que ha sido miembro de la comisión deontológica del área de salud de Segovia, de Castilla y León y posteriormente de la nacional. "De lo que se trata a la postre es de valores y principios que al final se tienen que ver plasmados en cómo es la atención en el día a día con el paciente, y ahí está por la importancia de la relación médico-enfermera-paciente, médico-enfermera, el secreto profesional, la intimidad en un momento dado todas las cuestiones que pueden surgir en el día a a día, en el comportamiento adecuado en ese sentido como profesionales".

La población, explica, "tiene unos derechos y los colegios profesionales de enfermería o médicos tienen que velar porque exista esa buena atención, porque esa serie de valores lleguen a todos los profesionales y velar para la protección del propio ciudadano, no es nada nuevo, es su obligación. Muchas veces el ciudadano de a pie desconoce absolutamente que tiene la posibilidad de contactar con sus propios colegios en su provincia para resolver alguna duda, para ser asesorados. O para exponer problemas que a veces pueden surgir entre los propios compañeros en la asistencia, por intrusismo, por una praxis inadecuada. El profesional por un lado tiene el nivel de mínimo para decir a partir de aquí esto ya no se puede consentir, pero normalmente se exige en su código deontológico un nivel de máximos, que es un camino hacia la excelencia, el hacer las cosas no normalmente, como manda la ley, sino un poquito o un mucho por encima".