Ni los vecinos, ni las cofradías, ni las instituciones, ni los hosteleros... Ni la tormenta. Parece que nada puede terminar con el botellón de San Martín, que un año más ha eludido la presión social y se ha manifestado en Jueves Santo con la nada desdeñable cifra de 3.000 jóvenes. A quienes se congregaron en el parque no les importó la incesante lluvia que caía en la capital durante las horas centrales de esa noche, la más larga del año en Zamora. Pero su diversión no salió gratis. Ni para los servicios de limpieza, que tuvieron que recoger más de una tonelada de residuos a la mañana siguiente, ni tampoco para los vecinos del entorno, quienes se llevaron la peor parte de un evento cuya brecha social, lejos de cicatrizar, crece año tras año.

Caminar por el entorno de San Martín en la mañana del Viernes Santo no era tarea fácil. Los trabajadores de Zamora Limpia y los del servicio municipal de parques y jardines se emplearon a fondo para que la ciudad luciera lo antes posible como si allí no hubiera pasado nada, o hubiera pasado poco. Y lo consiguieron, salvo en los casos de quienes madrugaron más que ellos. Los vecinos del Casco Histórico y de Las Vegas han mostrado su total condena a los episodios registrados durante el botellón. La lluvia desperdigó a los jóvenes entre portales, soportales y puertas de comercios con un resultado bastante desagradable a la vista.

A través de las redes sociales, muchos de estos vecinos han denunciado las condiciones completamente antihigiénicas que han tenido que sufrir a la hora de salir a la calle. Y enumeran: "Meadas, vomitonas, tampones usados, botellas de cristal y de plástico, bebidas derramadas y suciedad en general". El alcalde, Francisco Guarido, ha felicitado a los servicios de limpieza por el trabajo realizado. Y lo mismo ha hecho el teniente de alcalde, Antidio Fagúndez. Ambos, no obstante, entienden las molestias que el botellón ha producido a estos vecinos, aunque han señalado que la problemática ha sido menor que otros años por la reducción en el número de participantes.

Con los números en la mano, lo cierto es que se puede concluir que la lluvia sí disipó el número de asistentes al botellón del Jueves Santo. Los servicios de limpieza recogieron este pasado viernes unos 1.520 kilogramos de basura en el entorno de San Martín, por los cerca de 3.000 registrados el pasado año. En cuanto a los participantes, el Ayuntamiento de Zamora calcula que se podrían haber reducido a la mitad y pasar de esta manera de los 6.000 del año anterior a 3.000 en este curso. Vecinos y agentes sociales piden que este botellón haya sido el último. El año que viene existirá una respuesta.