La "madame", también asentada en Salamanca, captaba a las víctimas principalmente en la ciudad nigeriana de Benin City. Elegía a mujeres jóvenes y atractivas de los estratos sociales y económicos más humildes y utilizaban el engaño con promesas de una vida mejor en el continente europeo.

Después tenían que atravesar países como Nigeria, Níger y Libia. En todo momento iban acompañadas por miembros de la red para facilitar el paso y hacer los pagos necesarios durante el viaje, así como resolver cualquier incidente que se produjera en el trayecto. Una vez en Libia, las víctimas eran integradas en campamentos a la espera de ser llamadas por otro miembro de la red encargado de su custodia y de realizar el cruce a Europa con destino a Italia.

En este país eran alojadas en pisos a la espera de nuevos traslados a nuestro país. En estas viviendas sufrían todo tipo de amenazas, trato vejatorio, maltrato físico y psicológico. Además, eran sometidas a largas jornadas impuestas por sus explotadores hasta altas horas de la madrugada y en condiciones higiénico-sanitarias lamentables, ya que sus propios dormitorios le servían tanto para su alojamiento como para su uso con clientes.