Conciliar. El reclamo llega desde el despacho contiguo de la sede del PSOE e interrumpe, inevitablemente, la entrevista. "Es que es la hora de comer". La diputada nacional socialista por Madrid sale de la sala y regresa con su pequeña en brazos, dispuesta para continuar respondiendo a las preguntas mientras amamanta a su hija de cinco meses. Zaida Cantera, feminista convencida, concilia. Como tantas. ¡Qué mejor testimonio en ese 8M, el de la huelga feminista!. La excomandante unió su voz a la de miles de zamoranas para reclamar igualdad de derechos. Con Adhara en el regazo.

-¿Cree en el feminismo?

-¿Qué si creo?, no es que crea, es que soy feminista.

-¿Cómo explica el movimiento antifeminista, que, incluso, acuña el término feminazi?

-Es ignorancia. Basta coger el diccionario, ver lo que significa feminista. Hay quien dice "yo no soy feminista", le preguntas si cree en la igualdad entre hombres y mujeres y te dice que sí, pues entonces es feminista. No le gusta la palabra, por tanto, tampoco el término igualdad, ya que desprecia una palabra de raíz femenina. Feminismo no es lo opuesto al machismo. También hay quien cree en la supremacía del hombre sobre la mujer.

-¿Existe un interés por mantener esa tipo de conceptos que desprestigian al feminismo, que lo equiparan a someter, a destruir a los hombres?

-Claro, le interesa al patriarcado, a los machitos o a los machistas o a las machistas que quieren que las cosas se mantengan en el estatus quo actual, que los hombres tengan unos privilegios y las mujeres sean ciudadanas de segunda, con nuestras brechas salariales, con la crianza exclusiva de los hijos, que nos encarguemos de barrer, de fregar? Los hombres están en una situación de privilegio que muchos no quieren perder. Esto es como las élites, nunca quieren perder sus privilegios. Por tanto, no les interesa que haya una revolución feminista.

-¿Por qué tanto miedo a la igualdad?, ¿por qué se quiere mantener a las mujeres en las cocinas a nivel político y social?

-Por miedo a perder privilegios.

-¿Qué ocurriría si las mujeres tuviéramos las mismas posibilidades de llegar a los puestos de responsabilidad, desde los que se transforma la sociedad?

-Que algunos que están en las élites, en altos cargos, en puestos ejecutivos, no estarían ahí, el rendimiento de mujeres muy valiosas les haría caer de su pedestal. Ese es el miedo fundamental.

-A las mujeres que están del lado de quienes hablan de feminazis, ¿qué decirles?

-Son ignorantes sobre lo que significa la igualdad. Es una cuestión de educación. Mi abuela no permitía que sus hijos se levantaran de la mesa a recoger los platos porque tenía interiorizado que el papel de la mujer era ser ama de casa y el de mi abuelo salir a ganar el dinero. Se encasillaba a la mujer en un rol en una sociedad que nos tenía enclaustradas, eso ha evolucionado, incluso, nuestras abuelas han cambiado, te dicen "no hagas lo que yo hacía, libérate".

-¿Estamos en regresión?

-Sí, Hay un pequeño retroceso, tiene mucho que ver la globalización, las redes sociales, la pornografía, que casi en el cien por cien refleja el sometimiento de la mujer y muchos jóvenes que la ven creen que la relación entre un hombre y una mujer tiene que ser así. Y hay jóvenes que permiten conductas de control a sus parejas, eso es sumisión al hombre. El problema es que esta sociedad está normalizando conductas machistas contra las que lucharon nuestras madres.

-La mayoría de mujeres feministas se han reeducado, pero las nuevas generaciones deberían tener asumido el derecho a la igualdad y no es así.

-Hemos crecido con esos derechos y damos por descontado que están consolidados. No tuvimos que luchar por ellos, creemos que siempre han estado ahí. Cuando luchas por algo, sabes lo que cuesta mantenerlo y que puedes perderlo, creo que nuestras "jóvenas", vamos a usar un lenguaje inclusivo, valoran poco lo que tienen porque no les ha costado conseguirlo y no son conscientes de que lo van perdiendo, pero este repunte machista les está llevando a reaccionar.

-¿Por qué la sociedad ha dejado que eso ocurra?

-No sé si es la propia globalización, no sé cuál es la causa real por la que nuestras "jóvenas" dan por perdido algo que han tenido. Hay que reeducarlas, decirles que no pueden dejar que las traten como no iguales porque pierden su dignidad. Eres una persona en igualdad de condiciones que los hombres, en el momento en el que dejas que un hombre te arrebate alguno de tus derechos, estas perdiendo parte de tu dignidad.

-¿Huelgas como la feminista del 8M son necesarias? Se ha criticado, hay personas, incluso, que creen que no debería haber un Día de la Mujer.

-La revolución debe ser todos los días, pero está bien que haya un día en el que se materialice, para decir basta, vamos a normalizar que los hombres se corresponsabilicen con las tareas del hogar, que no haya brecha salarial, que si opto a un puesto de trabajo no miren si soy hombre o mujer o si he cumplido una determinada edad, si tengo hijos o hijas a las que cuidar? cuando lleguemos a eso, no harán falta esos días

-Su experiencia en el Ejército fue muy representativa de lo que sufren las mujeres en sus respectivos ámbitos laborales y sociales.

-Todas hemos sufrido acoso en algún momento. Hemos avanzado, aunque una espera siempre más o, por lo menos, que se consiga llegar a la meta. Hemos avanzado un poquito, no lo suficiente.

-¿En el Ejército queda un largo camino por recorrer?

-Leía una noticia del expediente que el Ejército del Aire ha abierto a la secretaria de Igualdad de una asociación porque sus tres últimos informes de calificación pasan a ser negativos cuando decide denunciar a su jefe por acoso, a partir de ahí pasó de ser buena profesional a ser mala (lo mismo sufrió Zaida Cantera tras lograr la condena por acoso sexual de su teniente coronel). El Ejército, en lugar de indagar en el por qué, le carga la culpa y decide su expulsión.

-¿Hay una impunidad absoluta en las Fuerzas Armadas?

-Demasiada impunidad, la actitud contra los acosadores es demasiada laxa. Si el Ejército, ante un caso de acoso o agresión sexual, pegara un puñetazo en la mesa y dijera "¡a la calle directamente!, no eres digno de vestir el uniforme, una de tus primeras misiones, de los principales principios que representa ese uniforme es defender física, psicológica, moralmente a las ciudadanos y ciudadanas, entre las que están tus compañeras y lo has violentado".

-¿La mujer acaba siendo doblemente víctima cuando sufre esas situaciones y las denuncia en el Ejército?.

-Sí, ¿cómo es posible que las mujeres que denuncian acoso en las Fuerzas Armadas sean las que acaban en la calle?, muchas acaban de baja psicológica, como fue mi caso, pero el acosador sigue dentro.

-Ha pasado por esa experiencia, ¿cómo se queda de tocada psicológicamente una mujer, cómo afecta a su vida diaria una experiencia tan difícil?

-Te deja muy tocada. Te trastoca la vida totalmente, no solo te afecta a ti y a tu entorno laboral, también psicológicamente en tus relaciones con el resto de la sociedad, con tu pareja, con tus compañeros, en todo absolutamente.

-¿Que medidas habría que tomar dentro del Ejército para que estos casos no se repitan?

-Que nunca se lleven estos casos por la justicia militar, nunca, que sea la ordinaria porque las militares no somos diferentes al resto de mujeres y las sentencias de los tribunales militares es para echarse a llorar. Que haya una acción contundente contra los violentos machistas y maltratadores para que estén fuera de las Fuerzas Armadas, que no puedan seguir vistiendo el uniforme sea cual sea la acción violenta.

-¿En esas sentencias, la militar pasa de víctima a verdugo?

-Sí, sí. Es el denominador común. Yo mido 1,76, pesó 66 kilos, he hecho multitud de deportes, deportes de contacto, he sido campeona de España de natación, he pasado los cinco años de la Academia Militar, con mochila a la espalda, he estado en zona de operaciones... y he sido víctima de violencia machista. No hay ningún perfil de mujer víctima de violencia machista, todas podemos sufrirla, todas estamos expuestas y jamás de los jamases, en ninguno solo de los casos, la culpa es nuestra.

-Hay sentencias que desacreditan esos argumentos y que calan en la sociedad.

-Ningún hombre y ninguna una mujer, lleve toga o no, debe hacer ver que las que hemos sufrido esa violencia machista somos culpables de lo que nos ha pasado porque sigamos después con nuestras vidas, nos recuperamos, nos emborrachamos, si queremos, o vayamos con minifalda.

-No hay justificación alguna para señalar a la mujer.

-No, nadie me va a convencer. Puedo ir desnuda por la calle y nadie tiene derecho a agredirme sexualmente o a violentarme de ninguna manera, me podrán poner una multa, como a un hombre, pero que alguien diga que yo soy la culpable de esa agresión, ¡estamos locos! Esa no es una sociedad igualitaria, jamás la víctima es la culpable.

-¿Llegó a sentirse culpable del acoso sexual, a cuestionarse?

-Claro, te lo llegas a plantear, sobre todo, cuando lo denuncias y te dicen que él es muy bueno, que lleva muchos años en las Fuerzas Armadas..., piensas "a lo mejor quien lo está haciendo mal soy yo", pero llega un momento en el que dices, "no, no".

-¿Qué aconsejaría a una mujer que sufra esa situación?

-Es muy fácil decirle que denuncie cuando no se ha vivido la situación ni se van a sufrir las consecuencias de la denuncia A mí me han venido mujeres que están sufriendo acoso dentro de las Fuerzas Armadas a pedir consejo y les digo, si denuncias, por desgracia, casi seguro que tú acabes fuera y lo siguiente que me han dicho es "no puedo dejar mi trabajo, es el único plato que llevo a mi casa".

-¿Cómo desmasculinizar el Ejército?

-Desmasculinizando la sociedad. El Ejército, con un poco de retraso, es el reflejo de la sociedad en la que vivimos, se nutre de elementos de la sociedad, sus integrantes conviven en la sociedad y, por tanto, es ramificador de ese machismo que es un sistema anclado en el pasado, pero si despatriarcalizas la sociedad, tendrá su reflejo en el Ejército.

-¿Las mujeres que entran en el Ejército deben tener una actitud de...?

-Feministas. De "a mí nadie me va a quitar lo que consiga con mi esfuerzo", qué es eso de que me lo van a quitar por el mero hecho de ser mujer.