Siempre estaba de espaldas al público y a la cámara. No empleaba la voz ni ningún otro instrumento. Pero el movimiento de sus manos transmitía música. La imagen se repetía en cada día de rodaje. Y la escena inspiró el título del documental: "Música en las manos".

Fruto de su admiración por Jesús López Cobos y de su sensibilidad por el mundo del arte, la cineasta madrileña Cristina Otero Roth se fijó hace casi una década en el maestro toresano para realizar su nueva película, aún por estrenar. Por desgracia, la muerte del director de orquesta zamorano el pasado 2 de marzo sobrecogió a todo el equipo de grabación. "Es una pérdida muy dolorosa. Son muchos años de vernos regularmente y es una persona de la que no puedo decir nada malo. Era tan generoso, tan accesible y con tan buen talante?", recuerda la directora del filme. "Eso sí -prosigue- tengo la satisfacción de que él la vio y le gustó. "Cristina, adelante, has conseguido retratarme", me dijo".

Tras siete años de rodaje, el montaje concluyó durante la primavera del 2017, fecha prevista de su estreno. Sin embargo, la falta de financiación retrasó todo el proceso. "Me da mucha pena. A pesar de ser un músico de primera línea a nivel internacional, en España, no por parte del público que siempre ha sido entusiasta, sino a nivel institucional, su trabajo por la música no ha sido suficientemente reconocido", lamenta.

Como él mismo decía, se sentía "europeo por la música y castellano por el carácter". Nació en Toro. Creció en Málaga. Estudió Filosofía en Madrid. Se fue a Viena. Estuvo veinte años en Berlín. Y, por último, se instaló en Suiza. Seis ciudades clave de su vida que aparecen reflejadas en el documental, de unos 50 minutos de duración.

La Fiesta de la Vendimia, el mirador al río Duero, un ensayo infantil en la Escuela Municipal de Música que lleva su nombre y una entrañable secuencia con las monjas dominicas son algunas de las escenas rodadas en el municipio toresano que le vio nacer y que nunca olvidó. "Se fue pronto de Toro, pero le tenía muchísimo cariño, mantuvo una relación afectiva tremenda. El bodeguero Juan Antonio de Liberalia siempre le enviaba vino. Un día cenando en su casa de Suiza, nos sacó vino de Toro. Y fuera donde fuera, cada vez que se sentaba en un restaurante, abría la carta y si había un vino de Toro, lo pedía", apunta la directora.

Las declaraciones de Plácido Domingo o de la violinista Arabella Steinbacher son algunos de los testimonios recogidos por las cámaras, además de las palabras de Manuel Gámez, su primer profesor de música en Málaga, de Antonio Moral, director del Centro Nacional de Difusión Musical, y de sus hijos. Actualmente, la cinta se encuentra en trabajo de posproducción. "Cada plano tiene que tener un tratamiento, hay que mezclar muy bien la música y queda la parte gráfica de rotulación", explica la regidora que guionizó y montó el largometraje "El Bosco. El jardín de los sueños", nominado como Mejor Documental en los Premios Goya.

Pese a la incertidumbre sobre la fecha del estreno, su adiós ha acelerado los trámites para su visionado. "Si pudiera contárselo a él se reiría: "Has tenido que morirte para poder estrenarlo"", bromea aludiendo al sentido del humor del maestro toresano y confesando que no deja de vivir con amargura estos últimos días por su pérdida.

El mismo sentir es compartido por los compañeros del equipo de rodaje, como Jesús Caramanzana, de Producciones Carrera. "Era una persona majísima, superafable y cariñosa. Nos ha roto el corazón, nos ha dejado a todos estupefactos", expresa. En la misma línea que la cineasta, Caramanzana lamenta que "mucha gente en Zamora no sabe lo que ha hecho en España ni en Castilla y León, pese a que siempre fue hablando a todo el mundo de su tierra y del vino de toro por todo el mundo", añade.

A la larga lista de condolencias se suma José Luis Bermúdez, responsable de Cultura de la Diputación de Zamora cuyo presupuesto de 2018 contempla 15.000 euros para el proyecto audiovisual. "Se trata de una de las mayores pérdidas que podía haber a nivel cultural y sobre todo en las artes de la música, no solo a nivel provincial o nacional sino internacional. Era una gran figura", destaca.

Durante el rodaje, López Cobos le señaló el monasterio de Sancti Spiritus a Cristina Otero. "Mira -le dijo- ¿Ves ese convento? Pues ahí quiero yo que me entierren, donde nací". Un deseo que la familia respetará el próximo sábado 17 de marzo, fecha en la que está prevista su misa de funeral en la Colegiata y acto seguido su sepelio en el Monasterio de Sancti Spiritus el Real en una triste jornada en la que no faltará la música.