"El alumnado de alta capacidad y el aprendizaje en el entorno escolar" fue el título de la charla que el experto José Luis Pérez Díaz, junto a su compañero Félix Ruiz Mahamud, impartió dentro del ciclo CulturAlcampus, del Campus Viriato, donde acercó a los alumnos de Magisterio las pautas que los profesores -y también padres- deben seguir para educar a estos niños, con el objetivo de no hacerles sentirse marginados en las aulas.

-¿Qué características tiene un alumno de altas capacidades?

-Presenta una capacidad de aprendizaje mayor que la media, pudiendo traducirse en una mayor velocidad de aprendizaje cuando están motivados. Pero no siempre destacan por el alto rendimiento académico. En muchas ocasiones, a pesar de su gran capacidad para aprender, no destacan en el aula por muchos factores. Los niños de altas capacidades no son todos iguales y por eso deben ser atendidos de formas diferentes en el entorno escolar y fuera de él.

-¿Qué implica estas circunstancias a la hora del aprendizaje?

-Tienen la capacidad de aprender rápido y profundizar más en los contenidos que tratan. Con frecuencia muestran una gran facilidad para memorizar la información y utilizar estrategias de aprendizaje que no poseen otros compañeros de su edad. Pero, con frecuencia, el no ofrecerles un ritmo de aprendizaje adaptado a sus necesidades genera que decaiga el interés y no destaque escolarmente. Los alumnos de altas capacidades presentan unas necesidades de aprendizaje que les haga utilizar su capacidad y el aprendizaje sea estimulante y no monótono. Con frecuencia les aburren los aprendizaje repetitivos que conlleva hacer muchos ejercicios similares o que les repitan muchas veces las mismas explicaciones cuando las has comprendido desde el principio. En ocasiones, los alumnos de altas capacidades parecen distraídos en clase. Pero, a pesar de ello, suelen seguir las explicaciones a pesar de estar realizando otra tarea, como jugar con el lápiz, mirando para otro sitio o dibujar.

-¿Cómo se debe preparar un docente para enseñar a este alumnado?

-Lo primero que necesitan los docentes es formación. En la mayoría de los planes de estudio de los docentes y profesionales de la educación, ya sea magisterio, pedagogía, psicología educativa o másteres de formación del profesorado, no existe o es muy escasa la formación sobre altas capacidades. Sin un buen conocimiento de estos alumnos es muy difícil atenderles en el aula. Deben incluirse en los temarios las necesidades de aprendizaje de estos alumnos así como las formas de atención a ellos que funcionan. Es fundamental transmitirles a estos niños que se les entiende y que se les apoya. En general, son niños muy sensibles a la relación con el profesor. Si les cae bien, les encantará su asignatura y la trabajarán mucho. En caso contrario, no la estudiarán o lo harán con poca gana.

-¿Ante qué dificultades se encuentra el profesor?

-La principal dificultad que tiene el profesor es que no siempre tiene identificados a los alumnos de alta capacidad que tiene en el aula. Si así fuera podría atenderlos mejor. Además, es importante trabajar en equipo. El profesor no está solo y necesita la colaboración con el orientador escolar para que le asesore sobre las necesidades educativas de cada alumno y la mejor forma de actuar. Los alumnos de altas capacidades son muy diferentes entre sí. Por ese motivo, haber tenido un alumno de alta capacidad en clase no garantiza que sepas atender a otro. Otra dificultad que tienen los profesores es que la administración no contempla ningún recurso para estos alumnos. -¿Se siente diferente al resto de sus compañeros?

-Desde pequeño ve que su forma de aprender o entender las cosas, los temas sobre los que le gusta hablar o los juegos a los que quiere jugar en el patio no coinciden con los de sus compañeros. A menudo le gusta estar con niños mayores que él. Lo importante es que no piense que es raro. Eso conlleva connotaciones negativas. Una educación inclusiva debe respetar las diferencias de cada alumno potenciando sus puntos fuertes y ayudando en los puntos débiles.

-¿Qué es lo que se debe incentivar en este tipo de alumnos?

-Lo fundamental es adaptar su ritmo de aprendizaje para no frenar el desarrollo de su capacidad. De esta manera, es más fácil que exista motivación por el aprendizaje. También sería conveniente que en los centros escolares se valorara a los niños y niñas que destacan. Si alguien es bueno en un deporte como el fútbol encuentra muchos estímulos sociales para esforzarse. ¿Quién refuerza a los alumnos que son buenos escribiendo, en matemáticas o cualquier otra disciplina? A menudo solo oyen que son empollones y eso no anima mucho. La sociedad tiene que valorar la excelencia para que estos niños se vean motivados a esforzarse.

-¿Por qué a veces se confunde a estos alumnos con niños que tienen dificultades de aprendizaje?

-Los alumnos de altas capacidades pueden tener dificultades de aprendizaje como el déficit de atención o la dislexia. No es lo más habitual pero puede suceder. En estos casos, suelen pasar desapercibidas las altas capacidades por las dificultades de aprendizaje. Muchos alumnos de alta capacidad son identificados no por sus notas, sino por otras dificultades. A veces parecen muy dispersos en el aula, otras veces están muy inquietos y son impulsivos. Esto provoca que sean evaluados buscando un déficit de atención o una hiperactividad y aparezca una alta capacidad. Se han confundido frecuentemente dando lugar a falsos diagnósticos.

-¿Cuál es la mejor manera de adaptar a estos estudiantes al entorno escolar?

-Lo primero, aumentar la sensibilidad y formación del profesorado. Después, trabajar la integración en los grupos escolares con los demás compañeros. Por último, es necesario normalizar que en clase cada uno pueda trabajar a su ritmo, porque lo necesita. Se ha normalizado que los alumnos con necesidades de aprendizaje que conllevan un ritmo más lento tengan apoyos dentro o fuera del aula. También se les permite hacer otra actividades adaptadas a sus necesidades. ¿Por qué no sucede lo mismo con el alumnado de altas capacidades?

-¿Cuáles son las principales dificultades con las que se encuentra este alumno en la escuela?

-La mayoría de ellos necesita que se les adapte el ritmo de aprendizaje en el aula para evitar que pierdan la motivación por aprender y aparezca el aburrimiento. Cuando se aburren pueden aparecer dificultades de comportamiento o que se evadan. Se debe evitar esto ofreciéndoles un aprendizaje adaptado que prime actividades que fomenten la creatividad y no sean demasiado repetitivas. Otra dificultad en el aula es la adaptación al grupo. Aunque muchos niños de altas capacidades se relacionan adecuadamente, sus temas de interés o de conversación, los juegos o preocupaciones no coinciden con los niños de su clase. A veces, eso provoca que no se sientan integrados.

-¿Las TIC en el aula y las nuevas fórmulas de enseñanza son elementos que pueden ayudar a estos alumnos?

-Por supuestos. Estas metodologías estimulan el desarrollo de procesos cognitivos de alto nivel que se adaptan muy bien al alumnado de alta capacidad. Además son mas atractivas al evitar la excesiva repetición de contenidos, algo que nuestro sistema escolar hacer frecuentemente y llevan muy mal los alumnos de altas capacidades.

-¿Hay una edad adecuada para hacer una primera valoración de altas capacidades?

-Lo más importante es atender sus necesidades tanto en la escuela como en la familia. Cuanto antes se detecte es mejor. Lo ideal sería identificarlos antes de acabar la educación infantil.

-¿Qué pruebas se realizan para obtener este diagnóstico?

-Se realiza una evaluación que abarca el desarrollo cognitivo, para ver si sus capacidades de aprendizaje están desarrolladas por encima de su edad; se evalúa el perfil de creatividad y también se debe evaluar el grado de desarrollo socio emocional. De esta forma, se pueden tomar medidas preventivas a nivel de aprendizaje y de desarrollo personal. Además, conviene establecer un seguimiento del alumno para ir adaptando, curso a curso, sus necesidades de aprendizaje. Con frecuencia se evalúa a niños con 6 o 7 años y se mantienen las medidas adoptadas a esa edad hasta el final de la primaria o la secundaria sin revisarlas.

-¿Qué consecuencias puede tener un mal diagnóstico?

-Un mal diagnóstico puede llevar a medicar a un niño si necesidad. Es fundamental que pediatras, profesores y orientadores escolares conozcan y se formen en altas capacidades. Suelen ser los primeros profesionales donde las familias acuden a consultar sus dudas. Las consecuencias pueden ser muy diversas: fracaso escolar o bajo rendimiento; perdida de motivación por el estudio y abandono escolar temprano, problemas de ansiedad, somatizaciones, baja autoestima, problemas de adaptación personal y social. Pueden llegar, en ocasiones, a problemas mucho mayores cuando son adolescentes o adultos. Así, nos encontramos con trastornos de ansiedad y trastornos obsesivos compulsivos en adultos que provienen de que nadie les explicó que son personas de alta capacidad ni les enseñó como eran. El principal problema es que estos problemas no se ven siempre en el ámbito escolar. Con frecuencia, esto lo ven las familias y por eso necesitan apoyo de profesionales expertos. Con el apoyo adecuado, los alumnos de alta capacidad no presentarán estas complicaciones.

-¿La colaboración de las familias es esencial para obtener los mejores resultados en el aula también?

-Por norma general, la familia conoce bien a su hijo. El profesor necesita recibir información de la familia que le permita trabajar mejor en el aula. La colaboración entre familia y escuela es uno de los elementos clave para el éxito escolar de cualquier alumno. Con los alumnos de altas capacidades sucede lo mismo. La colaboración permite ponerse de acuerdo en las mejores medidas a tomar y llevarlas a la práctica de forma coordinada.

-¿Cómo pueden ayudar los padres, qué deben tener en cuenta si tienen un niño con estas características?

-Lo mejor es acudir a algunas de las asociaciones de alta capacidades existentes o a un centro especializado. Es conveniente recibir información de calidad que permita valorar si el niño puede ser de altas capacidades par realizar una valoración. No debemos olvidar que el alumno de altas capacidades es, en primer lugar, una persona de altas capacidades. Esto conlleva unas características concretas durante el desarrollo que no pueden ser atendidas únicamente en el centro escolar. Cuando el niño sale de él, sigue siendo de altas capacidades y necesita que la familia dé respuestas a sus necesidades emocionales o de otro tipo. De ahí que la alta capacidad no sea un mero asunto escolar, sino que debe responderse de forma integral, satisfaciendo todas las necesidades, no solo las escolares.