Como es habitual en situaciones adversas, la autovía A-52 concentró la mayor parte de las incidencias derivadas del temporal entre la noche del martes y la madrugada del miércoles, el tramo horario en el que la nevada tuvo los efectos más severos. Los responsables de Tráfico optaron por embolsar vehículos pesados en dos tramos de la provincia, antes de cruzar la "frontera" gallega para no agravar los problemas que comenzaban a registrarse en la provincia de Ourense. En total, 150 camiones fueron agrupados en Mombuey y en Puebla de Sanabria, prácticamente durante toda la noche.

"Ha habido dificultades, pero nunca más allá de circular con precaución", señaló ayer el subdelegado del Gobierno en Zamora, Jerónimo García Bermejo, a modo de balance, una vez que lo peor había pasado ya. "Hemos realizado despliegues importantes en cada uno de los sectores afectados, tanto de máquinas quitanieves, como de reparto de fundentes, así como personal facilitado por Fomento", informó Bermejo. Se refería, en esencia, a un dispositivo que contó con 36 vehículos quitanieves, 96 operarios y el reparto por el firme de las carreteras de 540 toneladas de sal y de 186.000 litros de salmuera en cuatro sectores diferentes.

En cuanto a la práctica de embolsamiento de camiones -bastante habitual en la A-52 a la altura de Sanabria- la medida se tomó, no por los problemas de la provincia de Zamora, sino por el colapso que se estaba experimentando en el paso hacia Galicia. "Nos reclamaron ayuda desde Ourense para evitar embolsamientos en la zona gallega, donde la situación estaba siendo más difícil", relató García Bermejo. En concreto, un centenar de camiones fueron bloqueados en la N-525, en el término municipal de Mombuey, y otros 50 en Puebla de Sanabria, en la comentada A-52.

"Han sido embolsamientos no muy prolongados, de carácter preventivo y, en todo caso, provocados en estos dos puntos, donde existen zonas de servicios y gasolineras para atender cualquier tipo de necesidad", justificó la Subdelegación del Gobierno de Zamora. Jerónimo García Bermejo apuntó igualmente que Protección Civil "ha estado siempre expectante por si hubiera habido que suplementar algún tipo de ayudas". De hecho, a eso de las siete de la mañana el centenar y medio de vehículos retenidos en la provincia pudieron recuperar la marcha para completar sus rutas, pese a que en las carreteras existía aún una capa de 15 centímetros de nieve.

De cualquier modo, la situación durante el resto de la jornada fue de absoluta normalidad. De hecho, tanto la provincia de Zamora como la de Ourense se quedaron fuera de la alerta generalizada por posibilidad de lluvias o riesgo de tormentas, aludes o vientos.

El temporal, en todo caso, no dejó de ser sorprendente en la provincia después de que las últimas nevadas tuvieran lugar el pasado mes de enero. La Delegación del Gobierno en Castilla y León estableció la alerta por riesgo de nevadas y bajas temperaturas a las seis de la tarde del martes y, un poco antes de esa hora, la nieve comenzó a aparecer y dejó capas de notable espesor en numerosas vías de la provincia.